November 12, 2017 - La Sabaduria de la vida intencional

XXXII Domingo ordinario
Lecturas del dia
En cada bautismo, después de que el niño esté envuelto en ropa blanca, el celebrante enciende la vela bautismal del cirio pascual, y se lo da al niño con estas palabras: “Recibe la luz de Cristo.” Y a continuación, el celebrante dice a los padres y padrinos: “Los padres y padrinos, esta luz está a cargo de Uds para que se mantenga brillantemente ardiendo. Este hijo suyo ha sido iluminado por Cristo. Él (ella) debe caminar siempre como hijo de la luz. Que él (ella) mantenga la llama de la fe en su corazón. Cuando venga el Señor, que él (ella) vaya al encuentro con todos los santos en el reino de los cielos.”  Estas palabras son una referencia directa a la parábola de las diez vírgenes prudentes y necias en la lectura del Evangelio de hoy. El simbolismo de la vela encendida es simplemente esto - que nuestro bautismo, en el cual recibimos la nueva vida de Cristo, es una invitación a vivir esa nueva vida, con prudencia y no tontamente, con fe en lugar de vivirla pérfidamente, a la espera de la venida de Cristo, en vez que sin rumbo. Nuestro bautismo es un compromiso con la vida intencional.


He titulado esta homilía,  “La sabiduría de la vida intencional” y aquí están mis tres implicaciones prácticas:

1. La sabiduría viene en nuestra ayuda. En la lectura del Evangelio, fueron las doncellas prudentes los que dieron la bienvenida al novio. Los Católicos consideramos la sabiduría como uno de los dones del Espíritu Santo. Sin embargo, las Escrituras también nos dice que hay que buscar la sabiduría. Como dice la primera lectura de hoy, tomada del libro de la Sabiduría: “Ella [la sabiduría] se percibe fácilmente por los que la aman, y encontrado por los que la buscan.” ¿Dónde y cómo buscamos la sabiduría? La sabiduría está esperando a ser descubierta en la escritura, en la vida y el mensaje de Jesús, en la totalidad del conocimiento humano que los sabios, místicos e iluminados nos han comunicado. La sabiduría también proviene de la experiencias de vida. Las personas que buscan la sabiduría leen, reflexionan, y rezan con la escritura regularmente. Las personas que buscan la sabiduría se esfuerzan por profundizar en su relación con Dios mientras pasa el tiempo. Las personas que buscan la sabiduría prestan atención a las vidas de aquellos que cambiaron el curso de la historia humana, tanto las buenas como las malas. Las personas que buscan la sabiduría buscan el significado más profundo de experiencias de la vida cotidiana. En realidad, nada es lo que parece. Siempre hay una realidad más profunda en todo. Las personas que buscan la sabiduría buscan la realidad más profunda de la vida. Y para los que buscan la sabiduría, ella, viene libremente.

2. ¿Cómo sé si soy sabio o no? En la parábola de las diez vírgenes, lo que distingue a los sabios de los no sabios es que los sabios trajeron frascos de aceite con ellos, por si acaso el novio se retrasara. A esto es lo que se llama la vida intencional. Vivieron con la panorama en mente. La gente sabia mantienen el panorama en mente. La implicación práctica para nosotros es esto - que vivamos la vida de hoy teniendo en cuenta nuestro origen y nuestro destino. Eso es lo que quiero decir con “la sabiduría de la vida intencional.” Para vivir sabiamente e intencionalmente significa que nunca olvidemos donde hemos venido, a quien pertenecemos ahora y hacia dónde vamos. La necedad es vivir la vida como si sólo importara el presente. Vivir con la conciencia de la eternidad nos hace enfocar la vida con humildad. La eternidad nos hace evaluar el significado de la vida de una manera muy diferente. La eternidad nos obliga no sólo a ser personas inteligentes, sino personas sabias.  

3. Las personas sabias buscan a Cristo en el Aquí y Ahora. Las parábolas como los que tenemos hoy en día, en realidad estaba destinado a tratar la cuestión del retraso de la parusía. Está claro en el Nuevo Testamento que los apóstoles y los primeros cristianos creían en una segunda venida inminente. Sin embargo, la realidad en el terreno era muy diferente. La gente empezaba a tanto preocuparse y o descuidarse debido al retraso de la parusía. Tenga en cuenta que en la parábola de las diez vírgenes, los sabios y los ignorantes se durmieron. Dos mil años después, nos sumamos a los primeros cristianos a la espera de la parusía. Aquí está la ironía de todo esto. El mismo Cristo que esperamos su segunda venida es también el mismo Cristo que está presente para nosotros hoy en día. En las escrituras, en los sacramentos, en esta misma Eucaristía, en esta reunión, en la persona de pie a su lado, en el desconocido no somos capaces de aceptar y abrazar, en los hambrientos, los sedientos, los desnudos y los presos ... Cristo todavía viene a nosotros. Tal vez vamos a estar preparados para la Parusía como estamos hoy. Este no es el momento de conciliar el sueño. Este es el momento para que la luz de la fe arda en nuestros corazones. Este es el significado de la vida intencional.
La Eucaristía es la fuente de la sabiduría y nos ofrece la gracia de vida intencional. Busquemos  la sabiduría y recibiremos la gracia.  

-Padre Satish Joseph