Lectura de Dia
El libro que usé para enseñar Religión 101 en la Universidad de Dayton tenía un capítulo titulado, "Rompiendo el ciclo". El autor, Dr. Dennis Doyle, usa un ejemplo de cómo sus hijos de seis y ocho años se peleaban jugando basquetbol entre sí. El argumento terminó cuando el hermano mayor le golpeó al más joven con la pelota. El más joven corre a la casa gritando. El Dr. Doyle era consciente de la rivalidad entre los hermanos Después de muchas conversaciones y consciente de que no estaban progresando mucho, finalmente preguntó a sus hijos "... ¿Y quién va a romper el ciclo?" La primera lectura de hoy y la lectura del evangelio proporcionan una de las demandas más desafiantes en toda la escritura. El libro del Levítico del Antiguo Testamento, que normalmente asociamos con "ojo por ojo y diente por diente”, nos dice hoy: "No odies a tu hermano ni en lo secreto de tu corazón. Trata de corregirlo, para que no cargues tú con su pecado. No te vengues ni guardes rencor a los hijos de tu pueblo. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor'." Nosotros interpretamos esta ley como significando que a los israelitas se les ordena romper el ciclo de odio y venganza. Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo, diente por diente; pero yo les digo que no hagan resistencia al hombre malo. Si alguno te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la izquierda. " Podemos interpretar esta Ley para entender las demandas de Jesús a que sus discípulos rompan el ciclo del odio y la venganza. Aquí están mis tres implicaciones prácticas. 1. Romper el ciclo - ¿Un camino hacia la santidad? Tal vez deberíamos reflexionar sobre las exigencias que las lecturas de las Escrituras hacen en el contexto de otro tema: la santidad. La ley de hoy comienza con las palabras: "Sed santos, porque yo, el SEÑOR vuestro Dios, soy santo." Cuando pensamos en una persona santa, vienen a nosotros muchas imágenes: alguien que reza mucho, alguien que hace sacrificios, Alguien a quien asociamos con milagros. Hay otro camino hacia la santidad: "No tendrás odio por tu hermano o hermana en tu corazón, no te vengues y no guardes rencor alguno contra tu pueblo, y amarás a tu prójimo como a ti mismo". Romper el ciclo es uno de los Camino para ser santo y el Señor nuestro Dios es Santo. Romper el ciclo es camino a la santidad. 2. Romper el ciclo - ¿Un camino de perfección? Yo debo hacerlos recordar que la lectura del Evangelio es del Sermón del Monte. Ya hemos escuchado las bienaventuranzas y los discípulos son llamados a ser "sal de la tierra" y "luz del mundo". Hoy Jesús ofrece una manera práctica de vivir nuestro llamado a ser sal y luz: el amor a los enemigos. Sin embargo, muy similar a la primera lectura de hoy, Jesús pone la demanda de hoy en el contexto de la perfección. "Sé perfecto como tu Padre celestial es perfecto." Puede parecer extraño, pero Jesús nos llama a la perfección. Quizás la perfección y la santidad son sinónimos. Jesús expone el camino hacia la perfección: "... ama a tus enemigos y ora por los que te persiguen, para que sean hijos de tu Padre celestial". Romper el ciclo de odio y venganza es un camino hacia la perfección. El amor a los enemigos es sinonimo del discipulado cristiano. 3. Sólo hazlo. Mi tercer punto es muy breve. Tengo una pregunta simple para uds. ¿Hay personas y situaciones en las que estamos siendo llamados a "romper el ciclo?" Si las hay, ¿podemos nombrar a la gente? ¿Podemos nombrar las situaciones? La santidad y la perfección no están fuera de nuestro alcance. De hecho, es el camino hacia el reino de Dios. Que esta Eucaristía nos dé la gracia de luchar por la santidad y la perfección rompiendo el ciclo del odio y la venganza. -Padre Satish Joseph
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VI Domingo Ordinario
Lecturas del Dia Me hizo recordar de una fábula mientras reflexionaba en las lecturas de este fin de semana. Había un niño que tenía una mala costumbre. Él agarraba mariposas y los mantenía en su pequeño puño. Él entonces iba al pueblo y planteaba una pregunta a la gente, diciendoles que tenia una mariposa en su puño derecho . la pregunta era si podían adivinar si la mariposa estaba viva o muerta. Si alguien decía que la mariposa estaba muerta,él dejaba que la mariposa saliera en libertad; pero si alguien decía que estaba viva, el aplastaba a la mariposa en su puño para demostrar que estaban equivocados. Un día, un hombre sabio visitó el pueblo. El niño se acercó al sabio con su desagradable juego y le hizo la misma pregunta. Extendió sus mano hacia el anciano y dijo: "Señor, si eres tan sabio como todo el mundo cree que eres, por favor dígame si la mariposa en la mano está viva o muerta." El sabio no se inmutó. Él miró con calma en los ojos del niño y le dijo. "Hijo, "la elección está en tus manos." En la primera lectura de hoy del Eclesiástico dice: "Si tú quieres, puedes guardar los mandamientos; permanecer fiel a ellos es cosa tuya. El Señor ha puesto delante de ti fuego y agua; extiende la mano a lo que quieras. Delante del hombre están la muerte y la vida; le será dado lo que él escoja." Al igual que el sabio enseña al niño, la elección está en nuestras manos. Antes de que siga adelante, déjenme poner las palabras de Jesús en los Evangelios en un contexto adecuado. Seguimos con nuestra reflexión del Sermón del Monte. Dos semanas atrás escuchamos a Jesús proclamar las Bienaventuranzas, y luego la semana pasada, Jesús instó a sus discípulos a ser "sal de la tierra" y "luz del mundo." Es mi argumento de que en el resto del sermón, sugiere formas prácticas en las que los discípulos pueden vivir las Bienaventuranzas o ser sal y luz para el mundo. Además, dice: "Todo el que infrinja uno de estos mandamientos por más pequeño que sea, y enseñe a otros a hacer lo mismo será llamado pequeño en el reino de los cielos, pero cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos." (Mt 5:19). Literalmente, la elección está en nuestras manos. Dibujemos tres implicaciones prácticas de las lecturas de hoy. 1. Cuatro Áreas para su consideración. Ante los discípulos, Jesús trae cuatro áreas para considerar: la ira, la lujuria, el divorcio, y los juramentos. Jesús deja en claro que como seguidores de Jesús, tenemos que tomar decisiones en estas áreas en nuestra vida. Cada día, al igual que el niño, nosotros también llevamos mariposas en nuestras manos. Podemos aferrarnos a la ira o dejarlo ir. Podemos dejar que la lujuria viva en nosotros o podemos enfrentarla. Podemos elegir ser fiel en nuestras relaciones o no. Podemos optar por ser personas íntegras o no. Sin embargo, más allá de las elecciones que hacemos, hay algo más profundo en riesgo aquí. Como hemos escuchado en la lectura del evangelio el domingo pasado, las decisiones que tomamos definen si somos "sal de la tierra" y "luz del mundo" o no. Las elecciones que hacemos decide si nuestras "buenas obras" den gloria al Padre celestial o no. Presten atención a la advertencia de Jesús. Él dice, "cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos por más pequeño que sea, y enseñe a otros a hacer lo mismo será llamado pequeño en el reino de los cielos ..." La elección está en nuestras manos. 2. El Reino - aquí y ahora. Una palabra sobre el reino del que Jesús nos habla, que será ya sea grande o pequeño. En general, comparamos el reino de Dios con el cielo. La mayoría de la gente también piensa en el cielo como un lugar donde algún día vamos a entrar. Pero a medida que nos introducimos en el Catecismo aprendemos que, el cielo no es un lugar. El cielo es un estado del ser. En otras palabras, el cielo no es solamente un lugar que esperamos en el futuro. El cielo puede estar aquí y ahora. Por eso, en la única oración que Jesús nos enseñó, nos pidió a orar de esta manera: "Venga tu reino, en la tierra como en el cielo." Se nos invita no sólo a tratar de ir al cielo, sino a hacer el cielo aquí en la tierra. La implicación práctica de la oración de Jesús y las lecturas de hoy es simplemente esto - que en cada elección que hagamos, estemos tomando la decisión a hacer el cielo en la tierra. Este problema es particularmente significativo a la luz de la situación de inestabilidad en nuestra nación hoy en día. Los católicos tienen la responsabilidad moral de hacer esta pregunta - a la luz de las opciones que tomo estos días ... es mi país parecido al cielo? ¿Quién está dentro y quién está fuera …? ¿quién pertenece y quién no pertenece …? Estos no son cuestiones políticas - estas son cuestiones morales. La elección está en nuestras manos. 3. Centrarse en Jesús. Sólo por un momento, me gustaría cambiar nuestro enfoque a Jesús. Una cosa era para él predicar el sermón del monte y otra muy diferente para él dejarse colgar en la cruz mientras sus enemigos se burlaban de él y su madre sufría por él. Como dice Eclesiástico, "Ante el hombre están la vida y la muerte, el bien y el mal, lo que él elija se le dara." La única cosa en el caso de Jesús fue que con la muerte, eligió la vida y por la vida eligió la muerte; no sólo para él sino para toda la humanidad. Cómo Jesús moría en la cruz, él también tenía que tomar una decisión. Jesús eligió no actuar con ira. En su lugar, optó perdonar a los que lo asesinaron. Su "sí" a Dios también era un "Sí" en la cruz. Optó por permanecer "fiel" al pueblo de Dios hasta el final. En su elección, Jesús cumplió la Ley; a través de su muerte, se convirtió en el mayor en el reino; por su muerte Jesús se convirtió en las Bienaventuranzas. Lo que Jesús era, se invita a cada discípulo llegar a ser. Lo que hizo Jesús, se invita a todos a hacer. La elección está en nuestras manos. Al llegar a celebrar esta misa, vamos a llevar nuestras vidas ante Cristo.Tomemos nuestra ira, nuestra capacidad para la lujuria, nuestras relaciones y nuestra integridad y pongamoslo en el altar. Oremos para que en las elecciones que tomamos,Digamos Sí al Reino de Dios. Dejemos que esta Eucaristía nos de fuerza. Amén. V Domingo Ordinario
Lecturas del dia Quizás hayas oído de la última película de Martin Scorsese que se llama, "Silencio". La película está en proceso desde que Scorsese leyó el libro por primera vez en 1966. Es la historia de dos sacerdotes jesuitas (Andrew Garfield y Adam Driver), que salen de Portugal para Japón, y encontraron a un tercer sacerdote (Liam Neeson) que ha desaparecido mientras trabajaba como misionero. Se cree que el tercer sacerdote cometió una apostasía al pisar una imagen de Jesucristo después de haber sido atormentado por los japoneses. El papel de uno de los dos sacerdotes es interpretado por Andrew Garfield. Para desempeñar su papel, Garfield hizo los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola. Originalmente, no hizo los Ejercicios en interés propio. Lo hizo para superar su propia sentido de no ser "suficiente" - la sensación de no ser lo suficientemente bueno. Pero lo que sucedió fue totalmente inesperado. En una entrevista que dio a Brendan Busse, dijo: "¡Dios mío! Eso fue lo más notable: enamorarse, y lo fácil que era enamorarse de Jesús." Por supuesto, mi objetivo es conectar las lecturas actuales de las Escrituras a nuestra vida. Me gustaría hacerlo a través de los ojos de Andrew Garfield. Antes de hacer eso, permítanme decir esto: La lectura del evangelio de hoy y todo el camino hasta el comienzo de la Cuaresma es del Sermón de la Montaña. De hecho, comenzamos la semana pasada con las Bienaventuranzas, y hoy, Jesús se dirige a sus discípulos como "sal" y "luz". Aquí están mis tres puntos para hoy. 1. ¿Quién quiere Dios que yo sea? Permítanme comenzar con la primera declaración provocativa de Garfield. Dijo: "Había tantas cosas en los Ejercicios que me cambiaron y transformaron, que me mostraron quién era yo ... y donde creo que Dios quería que yo fuera.” El Sermón del Monte nos muestra quién Dios quiere que seamos. En el evangelio de hoy, Jesús dice: "Así también tu luz debe brillar delante de los demás, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre celestial.” En las próximas semanas escucharemos más específicamente lo que son estas "buenas acciones". Pero prepárense ustedes mismos ... a menos que estemos enamorados de Jesús, las demandas de las próximas semanas serán una tarea muy difícil . Ser transformado por Dios a través del Sermón de la Montaña requerirá que nos enamoremos de Jesús. Gente, creo que todos nosotros estamos enamorados con Dios. Pero eso no es lo que quiere decir Garfield. Él quiere decir, ¿has caído tan profundamente enamorado de Jesús que quieres ser transformado en quien Dios quiere que seas? 2. ¿Cuál es la transformación que Dios está buscando en nosotros? Hablemos de la transformación que Dios busca en nosotros. Aquí está: ¿Estamos tan profundamente enamorados de Jesús, para que podamos dejar nuestros dones en el altar y reconciliarnos primero con nuestro hermano? ¿Estamos tan profundamente enamorados de Jesús para eliminar la lujuria de nuestros corazones? ¿Estamos tan profundamente enamorados de Jesús para que nuestro "Sí" signifique un "Sí" y nuestro "No" signifique un "No?" ¿Estamos tan profundamente enamorados de Jesús para que podamos dar la otra mejilla? ¿Nos hemos enamorado tan profundamente de Jesús para que cuando alguien nos pida caminar un kilómetro con ellos, caminemos dos? ¿Estamos tan profundamente enamorados de Jesús para que tengamos la capacidad de amar a nuestros enemigos y de orar por los que nos persiguen? ¿Estamos tan profundamente enamorados de Jesús para buscar "primero" el reino de Dios? ¿Nos hemos enamorado tan profundamente de Jesús que nos atrevemos a orar: "¿Perdonarnos nuestros pecados así como nosotros perdonamos?" ¿Estamos tan profundamente enamorados de Jesús a tal punto de no juzgar a nadie? ¿Estamos tan profundamente enamorados de Jesús que nuestra vida da gloria a nuestro Padre celestial? Las personas cuya vida refleja el estilo de vida de Jesús son la "sal de la tierra" y la "luz del mundo". ¿Eres tú y yo una de esas personas? O, ¿estamos tan profundamente enamorados de Jesús para ser transformados en uno de ellos? 3. Convertir el sufrimiento en belleza. El Silencio es una película muy difícil de ver. Captura con la gran intensidad el horrible sufrimiento de las personas que se negaron a pisotear el crucifijo y la absoluta compulsión de los que eligieron hacerlo. En su entrevista, Andrew Garfield habla de su razón para elegir actuar en la película. Él dice: "Me han atraído las historias que están tratando de convertir el sufrimiento en belleza." "Convertir el sufrimiento en belleza" - ¿no es esto lo que la cruz de Cristo se trata? ¿Cómo es que una vista tan horrible es también la vista más fascinante cuando entramos en alguna iglesia? No es eso acaso lo que Dios hizo en Cristo, que haya transformado el sufrimiento en belleza?. Cuando Cristo nos invita a ser "sal" y "luz", nos invita a hacer lo mismo. En la primera lectura de hoy de Isaías, tenemos una manera de convertir el sufrimiento en belleza. "Comparte tu pan con el hambriento, abre tu casa al pobre sin techo, viste al desnudo y no des la espalda a tu propio hermano. Entonces surgirá tu luz como la aurora... " Y otra vez: " Cuando renuncies a oprimir a los demás y destierres de ti el gesto amenazador y la palabra ofensiva; cuando compartas tu pan con el hambriento y sacies la necesidad del humillado,entonces brillará tu luz en las tinieblas y tu oscuridad será como el mediodía.'" ¿Estamos tan profundamente enamorados de Jesús que podemos convertir el sufrimiento en belleza? El entrevistador de Andrew Garfield, Brendan Busse, también jesuita, observa al final de su entrevista que en el centro de los Ejercicios Espirituales está la "personificación del amor, no la posibilidad de ello". Él dice: "La posibilidad o la imposibilidad Del amor nos paraliza. Pero la personificación del amor ... es lo que nos redime al final.” En otras palabras, no estamos llamados a debatir si podemos ser quienes Dios quiere que seamos "sal" o "luz" o "amor" Simplemente somos llamados a ser uno. En unos momentos, sobre este altar, el sufrimiento se convertirá en belleza, el amor se convertirá en una persona - y esa persona es de quien debemos estar enamorados, Jesucristo. -Padre Satish Joseph |
AuthorAqui estan las homilias del Padre Satish de cada domingo. Archives
September 2022
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