Lecturas del Dia
He vivido en los Estados Unidos durante catorce años. Soy residente permanente. Muchas personas me han preguntado si estoy listo para obtener la ciudadanía. Hoy, nada de este gran país me impide solicitar la ciudadanía.  Sin embargo, hay un problema. Si yo solicito la ciudadanía, tengo que descartar mi ciudadanía india y entregar mi pasaporte indio. Tengo que cambiar mi lealtad a la bandera que me encanta saludar desde hace 48 años y prometer mi lealtad a una nueva bandera. No he sido capaz de decidirme a hacer eso por el momento. Me gustaría poder ser el ciudadano de estos dos países, pero eso no es una posibilidad. Así que he decidido que mientras mis padres están vivos, que voy a seguir para mantener un pasaporte indio y ser un ciudadano indio.


Todos sabemos que el poder y el significado de las lealtades. En el matrimonio, cuando cambiamos puestos de trabajo, cuando nos movemos a nuevos lugares, a tener hijos, a comprar de nuevas viviendas, constantemente creamos y forjarmos nuevas alianzas. Cuando Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Quién dicen que soy yo", tal vez él no estaba pidiendo a sus discípulos a forjar una alianza con él todavía. Así como yo no estoy dispuesto a cambiar mi lealtad de mi país de nacimiento a un nuevo país, tal vez no fueron los discípulos dispuestos a prometer su lealtad a Jesús. Pero a medida que los acontecimientos de su vida se desarrollaba y su verdadera identidad emergía, los discípulos se veían obligados a prometer su lealtad a él. Y tuvieron que hacer esto no sólo por su bien y el de ellos, sino también por el bien de la Iglesia, que Jesús dijo que construiría sobre Pedro, la roca. Así que hoy, como escuchamos la palabra de Dios y adoramos a Dios en esta Eucaristía, nosotros también estamos obligados a reflexionar sobre la madre de todas las lealtades - nuestra lealtad a Cristo y a su Iglesia. Aquí hay tres puntos sobre que reflexionar.


a) ¿ Ha aceptado a Jesús como su Señor y Salvador? Como católicos, nuestros hermanos evangélicos probablemente nos hicieron la pregunta, "¿Has aceptado a Jesús como su Señor y Salvador personal?"  Nosotros los católicos consideramos esta cuestión como la antítesis de todo lo católico. Sin embargo, esa es la cuestión más importante que Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Quién decís que soy yo?" Esta pregunta contiene una realidad muy significativa - la realidad de que la fe, ante todo, se trata de una relación; que en el centro de nuestra fe sea la persona de Jesucristo. A pesar de que esta pregunta es a menudo visto como principalmente una cuestión protestante, siempre ha sido central en el catolicismo. Los dos Papas más recientes, por ejemplo, tienen esto que decir acerca de Jesús como nuestro Señor y Salvador personal: Papa Benedicto XVI en su encíclica, Deus Caritas Est, escribe: "Ser cristiano no es el resultado de una decisión ética o una noble idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una persona, que da a la vida un nuevo horizonte y una orientación decisiva. "(EG 7) Nuestro actual Papa Francisco hace más hincapié en la dimensión personal de nuestra relación con Jesucristo cuando dice, “Invito a todos los cristianos, en todas partes, en este mismo momento, a un renovado encuentro personal con Jesucristo, o al menos una apertura a dejarlo que


El los encuentre ; Les pido a todos ustedes a hacer esto indefectiblemente todos los días."  En otras palabras, cualquier cosa católica es solo algo social sin nuestro encuentro personal y la relación con Jesucristo.


b) "Sobre  esta piedra edificaré mi Iglesia." Si el énfasis evangélico (protestante) está en la relación personal con Jesucristo, la fuerza dentro del catolicismo es su énfasis en la iglesia dentro de la cual la confesión personal de uno con Cristo es vivida. Es importante señalar que en la lectura del evangelio, inmediatamente después de que Pedro hace su confesión, Jesús basa  su confesión en dos cosas: Dios el Padre y  la Iglesia. Así que Jesús dice a Pedro: "... la carne y la sangre no te ha revelado esto, sino mi Padre celestial. Y yo te digo a ti que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia ... ".


¿Cómo entendemos la iglesia? La iglesia, como el Jesús de la tierra es a la vez humano y divino. La iglesia es terrenal y santa, y es llamada por Dios para ser una comunidad de discípulos, cumpliendo la obra de Dios. La iglesia es a la vez el cuerpo de Cristo y el cuerpo de Cristo en el mundo. Esta iglesia es a la vez una expresión del amor de Dios por el mundo y de la lealtad del creyente con Dios en Jesucristo. El propósito de esta iglesia divino-humana es doble: en primer lugar, la iglesia se convierte en un lugar donde nuestra fe en Cristo se vive. En otras palabras, es en la Iglesia y a través de la iglesia que nuestra confesión personal de Cristo se expresa. En segundo lugar, la Iglesia promueve la obra salvadora de Cristo en el mundo. Cristianismo sin la iglesia es sólo la mitad--cristiana.


c) Lealtad a Cristo y a la Iglesia en un mundo moderno. Pero hay otra realidad que también es evidente en el mundo. Tanto el ateísmo (que es lo contrario de una confesión personal de fe en Jesús / Dios) y la religión organizada (que es lo contrario de la tierra a nosotros mismos en una comunidad de la iglesia) están en un crecimiento rápido. El Índice Global de Religiosidad y Ateísmo en 2012 encontró que el número de estadounidenses que dicen que son "religiosos" se redujo de 73 por ciento del 2005 a 60 por ciento en 2012. La religión de más rápido crecimiento en el mundo de hoy es "ninguna religión." Del mismo modo, el porcentaje de católicos en Estados Unidos que se consideran miembros "fuertes" de la Iglesia Católica Romana tiene la más baja en 2012 sólo el 27% de los católicos estadounidenses se llamaban a sí mismos "fuerte" católicos. ¿Qué significa todo esto? Por un lado, hoy Cristo nos está haciendo la misma pregunta que le hizo a Pedro: "¿Quién decís que soy yo?" Y asegurar la iglesia en contra de la destrucción. Por otro lado, tenemos un mundo en el que el poder de la religión y la iglesia están disminuyendo. ¿Cómo debemos responder? A veces podemos encontrar defectos en las personas que ya estan convertidos en  ateos o en los no religiosos.Les  sugiero  más bien que hoy reflexionemos sobre la profundidad de nuestra confesión personal de Cristo y la vida auténtica de nuestra fe en el medio de la iglesia de Cristo. ¿Cuál es la calidad de nuestra propia fidelidad a Cristo? ¿Mostramos esta lealtad en nuestra propia compasión, misericordia, amor y abnegación a Cristo? Y ¿qué pasa con la Iglesia? Como iglesia de Cristo ¿Damos testimonio de la misma compasión y misericordia de Cristo? ¿Estamos dispuestos a ser lo que el Papa Francisco llama "magullado, herido y sucio, ya que ha estado fuera de las calles", en lugar de una iglesia que está preocupada por su propia seguridad? Es nuestra idea que nuestra iglesia  sea  acogedora, abierta, compasiva, misericordiosa y dinámica?


Hoy, cuando venimos a recibir la comunión, Cristo nos hace la misma pregunta que le hizo a sus discípulos: "¿Quién decís que soy yo?" Como los discípulos nos vemos obligados a ser fieles a Cristo y a su Iglesia. Amén.

-Padre Satish Joseph

Lecturas del Dia
Cerca de cuatro semanas atrás, recibí una llamada de un feligrés después de la misa 11 a.m. que una familia con dos niños pequeños estaba en la iglesia en busca de ayuda financiera. A menudo  Me pongo el  corazón en la mano y en muchas ocasiones me han tomado el pelo con historias similares. Por desgracia, me he vuelto inmune cuando la gente viene a mí en busca de ayuda financiera. Siempre llevo las tarjetas de regalo de restaurantes locales conmigo para que yo no envíe de vuelta a alguien con hambre

. Volviendo a la historia, yo estaba en la misa en St Helen esa semana y no iba a volver a mi casa hasta las 14:00 hs. Así que le pregunté a este feligrés que le diga a la familia que me esperara hasta que regresé. Mi razonamiento era que si su necesidad era genuina, es probable que me esperaran. Efectivamente, cuando llegué a las 2:30, estaban estacionados en frente de la rectoría. Estuve seguro de que estaban verdaderamente necesitados. Tan pronto como salí de la puerta de la rectoría, el hombre salió del coche. Cuando su esposa se ​​unió a él, le hizo volver al coche y que llevara a los niños también. Había dos niños adorablemente lindos, quizás con 5 y 1 1/2 años de edad. Esto me puso  triste. Sentí que los niños se mostraban públicamente a ganar la simpatía. Estos niños lindos ciertamente merecen algo mejor. Todavía decidí no juzgarlos y entré en una conversación con ellos. Dijeron que estaban en el camino desde Nueva Jersey a California y que necesitan $ 200 y un poco de dinero para la gasolina. Yo no llevo dinero conmigo y me ofrecí a ayudarles con alimentos, pero el hombre se negó de inmediato. Así que hice una pregunta simple - si usted no tiene dinero, ¿por qué iba de un extremo a otro del país con los niños? No recibí una respuesta y fue entonces cuando me decidí a solicitar una identificación. Honestamente, en pedir una identificación, tuve el bienestar de los niños en mi mente. El hombre me dio un documento de identidad rumano y me di cuenta de que la familia era rumana. Cuando pedí una identification local, me informó que él no tenía.Sin embargo, la familia tenía un auto con placas americanas. Me pregunté cómo las obtuvo si no tenía licencia. Él dijo que el coche era alquilado. Yo sé que los autos de alquiler no firman un contrato sin seguro o una identificación con foto. En este punto, el hombre se puso bastante molesto diciendo que alguien en la parroquia había dicho que debían esperar para mí y que había esperado durante dos horas y media y que yo estaba siendo inútil. Les ofrecí comida de nuevo. Él dijo que iba a venir a la oficina el lunes. Pero eso no es lo que pasó. Esa noche, después de la misa 6:00 escuche que la misma pareja estaba fuera de la iglesia, una vez más, con sus hijos. Muchas personas le ayudaron con dinero y alguien incluso los llevo a la gasolinera y llenaron su tanque de gasolina. Después de hablar con algunas personas, me he dado cuenta de que salieron de nuestro estacionamiento de la iglesia con el tanque lleno de gasolina y más de $ 300. Tengo una mezcla de emociones cuando pienso en este incidente. En primer lugar, me siento culpable por no haberles dado el dinero. Y por otro lado, siento que hice lo correcto al pedir la ID porque quería asegurarme de que los niños estuvieran a salvo. En tercer lugar, yo estaba enojado porque toda su historia fue fabricada y sentí que me mintió y muchas personas de la iglesia fueron manipuladas.


¿Cuántas veces te has detenido en un semáforo o una salida de la autopista y ves a alguien solicitando ayuda? ¿Y cuántas veces has debatido que es lo que tienes que hacer en el lado social y moral? Tal vez, usted estará de acuerdo conmigo en que incluso una situación simple como esta resulta a veces ser un tema complejo.

Los israelitas en el Antiguo Testamento también enfrentaron problemas complejos similares. Si las lecturas y las escrituras de hoy, incluso la interacción de Jesús con la mujer cananea son indicaciones, las relaciones interculturales, interreligiosos, interraciales, internacionales y entre clases estaban confundiendo en tiempos de Jesús. Hoy nos enfrentamos a estas complejidades a nivel personal (como el caso de la pareja que encontré), y en un nivel nacional e internacional (como la inmigración y la cuestión o los niños no acompañados en nuestras fronteras). Sin embargo, la respuesta a estas situaciones son tan complejas como los propios problemas. ¿Qué criterios debemos utilizar para responder a la complejidad de nuestro entorno - morales, políticos, sociales, legales o quizás todo lo anterior? Y, por supuesto, está la cuestión más crucial de todo - inmaterial de nuestra propia nacionalidad o afiliación política, ¿hay una respuesta cristiana?

1. La cuestión de los niños no acompañados - Declaraciones oficiales. La página web de la USCCB tiene esto que decir acerca de la cuestión de los menores no acompañados: "los niños centroamericanos de El Salvador, Guatemala y Honduras están migrando a los Estados Unidos en números récord. Aunque no es un fenómeno nuevo, el número de niños que están haciendo el peligroso viaje a solas ha aumentado de manera exponencial- habia 6775, en promedio, quienes llegaron entre 2003-2011, y hacia arriba de 90.000 se prevé que llegará en el año fiscal 2014. La Iglesia Católica ha tomado en serio los aspectos humanitarios y políticos orientados de esta situación y está abogando a favor de una mayor protección para los niños migrantes y sus familias que están llegando a los Estados Unidos ". a la luz de esta crisis, el Papa Francisco emitio una declaración con motivo del México / Santa Sede Coloquio sobre Migración y Desarrollo Humano. Él dijo: "Frente a esta situación, repito lo que he afirmado en el Mensaje de este año para la Jornada Mundial del migrante y del Refugiado: "Es necesario un cambio de actitud hacia los migrantes y los refugiados por parte de todo el mundo, se aleja de las actitudes defensivas y el del miedo, la indiferencia y la marginación -  típico de una cultura de usar y tirar. Hacia actitudes basadas en una cultura de encuentro, la única cultura capaz de construir un mundo mejor, más justo y fraterno.” El Arzobispo Schnurr tal vez pone en evidencia mejor la complejidad de responder a la situación como estadounidense. Él dice: "A pesar de todos los aspectos desordenados, políticos de esta situación, nuestra respuesta como cristianos es bastante sencilla. Mientras los niños están aquí, aunque sea temporalmente, debemos cuidar y protegerlos . El Santo Padre Francisco y los obispos de los Estados Unidos han reforzado fuertemente el mandato del Evangelio de amar a los más pobres y vulnerables nos dice que esta es una respuesta fiel, no política. La solución a largo plazo para esta crisis requerirá un sistema de reparación de inmigración, los esfuerzos de desarrollo más sólidos en los países del sur de nuestra frontera, y un compromiso más audaz a nuestra relación con ellos. Sin embargo, por ahora, el asunto más urgente es abrir nuestros corazones a los niños sin hogar ."


2. ¿Qué dice la Biblia? Anteriormente hice la pregunta, ¿Existe una respuesta cristiana a los complejos problemas en medio de nosotros? A la luz de la respuesta oficial, tal vez, lo primero a lo que que debemos recurrir es a la escritura. ¿Qué tiene la lectura de hoy para decirnos? Como hemos escuchado en la primera lectura de hoy, había leyes estrictas que rigen el tratamiento de los extranjeros en Israel unido. La más sencilla de estas leyes es en Levítico donde Moisés dice: "Cuando un extranjero resida con vosotros en vuestra tierra, no hagas lo malo. El forastero que viva con ustedes será para vosotros como nativos entre vosotros, y lo amarás como a ti mismo, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto; Yo soy el SEÑOR vuestro Dios (Levítico 19: 34-35).” Este mandamiento de la ley de Moisés se encuentra una mención más matizada en la literatura profética. En la primera lectura de hoy, Isaías reinterpreta la misma ley para el beneficio de aquellos extraños que pasan a formar parte del pueblo de Israel. Mientras estos extranjeros sigan a Yahvé para que le sirvan, amen el nombre de Yahvé, convertido en los siervos de Dios, guardar el sábado libre de la profanación y se mantenga a la alianza, sus holocaustos y sacrificios serán aceptados. Dios dice a través de Isaías: "Mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos." La universalidad del amor de Dios es muy evidente en el Antiguo Testamento. A pesar de que el Antiguo Testamento fue más bien hacia adelante en busca de su tiempo, los sesgos y prejuicios interculturales e interreligiosas eran bastante fuerte en tiempos de Jesús. Jesús mismo pudo haber dado inicialmente en algunas de ellas. Para referirse a los cananeos y a los perros era una práctica común en tiempos de Jesús. Sin embargo, esta es también la historia de los prejuicios y sesgos a ser superados a través de una pura determinación. En otras palabras, esta historia es también la historia de Jesús rompiendo las barreras interculturales e interreligiosos de su tiempo.


3. Cómo debemos responder? Si nos tomamos en serio la declaración del Arzobispo Schnurr y que nuestra respuesta debe partir de nuestra fe y no de nuestra política, entonces, es mi sugerencia de que tomemos las Escrituras y la fe en Jesucristo muy en serio cuando determinemos nuestra respuesta personal. Aquí hay tres cosas que podemos discernir.


En primer lugar, nuestra respuesta debe encontrar su origen en la universalidad del amor de Dios. La declaración en Isaías: "Mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos," sugiere que Dios no rechaza a nadie. La universalidad del amor de Dios dice que Dios quiere que todos los hombres sean salvos. La universalidad del amor de Dios sugiere que somos creados iguales por Dios y que el poder salvador de la cruz de Jesucristo, está disponible para todas las personas. Esta universalidad es también lo que inspiró a Jesús a los no israelitas a participar de su poder curativo.


En segundo lugar, nuestra respuesta debe estar inspirado en la virtud cristiana de la compasión. La compasión nos impulsa a pasar de la respuesta ideológica o política a una respuesta centrada en la persona. Esto significa que, si tenemos un sistema legal y judicial que finalmente aborda la cuestión, en este momento hay niños quienes estan mueriendo y hay que mostrar compasión. Vemos este tipo de movimiento en la lectura del evangelio de hoy. Jesús dice a la mujer que no es adecuado lanzar lo que pertenece a los hijos a los perros. Pero entonces, su decisión de sanar la hija de la mujer no se basa en la legalidad de la situación, sino el hecho de que una vida humana debe ser salvado hoy.


En tercer lugar, hay que recordar que en el contexto de la eternidad, todos somos inmigrantes. Jesús mismo nació como inmigrante y sus padres tuvieron que huir a Egipto para salvar su vida de la violencia. Sin embargo, hay algo más que los estadounidenses no se pueden olvidar. La mayoría de nosotros somos inmigrantes o descendientes de inmigrantes. El problema de la inmigración no terminó cuando nuestras familias se establecieron en los Estados Unidos. La globalización, la pobreza, la violencia, la guerra y la inseguridad siguen desplazando a la gente. ¿Cómo respondemos a la persistente realidad de la inmigración que tiene consecuencias eternas. Tal vez Cristo nos dirá: "Cuando estaba en la calle me diste refugio. Entren en la casa de mi Padre."  Es por ellos que tanto el Papa y el arzobispo Francis Schnurr sugieren que los católicos debemos encontrar formas concretas para ayudar a los niños no acompañados en nuestras fronteras.


¿Qué hace que la Eucaristía tenga que ver con los menores no acompañados en nuestras fronteras? Tal vez todo! Después de todo, estábamos indefensos cuando Cristo vino a redimirnos y salvarnos. ¿Podríamos tener la misma mente como Cristo?

-Padre Satish Joseph