6 de julio de 2014 - Aprende de mi

Lecturas del dia
Yo estaba en camino a la iglesia de St. Helen para  la misa el Jueves. Apenas había cruzado Linden Ave en Woodman Drive. Este segmento, del camino hasta la base aérea de Wright Patterson, es una zona de control de la velocidad. Cuando voy a misa por la mañana también es la hora pico del tráfico. El jueves, tan pronto como crucé las luces, me di cuenta de que un camión rojo estuvo detrás de mí. Él conducía demasiado cerca de mí para mi comodidad. Obviamente, no podía cambiar de carril debido al intenso tráfico en el carril de la izquierda. Puse mi señal de giro a la derecha con suficiente antelación para que el conductor sepa que voy a girar a la derecha en St. Helens. Al igual que todas las personas lo hacen, reduje la velocidad cerca de la vuelta ti duro. Y cuando mire el espejo retrovisor vi que el conductor me mostró todo su amor con un dedo . No se si lo hizo  simplemente porque yo le había retrasado o si hizo eso porque yo conduje dentro del límite de velocidad o lo hizo porque estaba impaciente. No tengo ni idea. Sólo sé esto - que este es un comportamiento aprendido.


Todos nacemos inocentes y neutrales. No entramos en el mundo como católicos o protestantes, como demócratas o  republicanos. Todo lo que tenemos es nuestro ADN y nuestra inocencia. La mayor parte de lo que conocemos hoy en día es un comportamiento aprendido. Nuestras actitudes y perspectivas de la vida se aprende de nuestros padres, hermanos, maestros, amigos y medios de comunicación. La experiencia es también una gran maestra. Hay otra influencia - Dios y la religión. Tiene perfecto sentido para mí que Jesús diría como dice en la lectura del evangelio de hoy: "Aprended de mí." En mis primeros años de mi conversión del cristianismo nominal al cristianismo intencional, este pasaje formó mi definición de discipulado como "pensar como Jesús , hablar como Jesús y actuar como Jesús."  Cuando Jesús dice:  “Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón", está pidiendo que aprendamos a pensar, hablar y actuar como él.


Me hago hoy a mí mismo tres preguntas:


1. ¿Quién es Jesús para que aprenda de él? ¿Cómo piensa, habla y actúa Jesús?  La única información que puedo conseguir de Jesús es del evangelio. La historia no consideró lo suficientemente importante como para grabar su vida cuando estaba vivo en la tierra. Pienso en Cristo como una paradoja. Al igual que Zacarías, en la primera lectura de hoy profetizaba, que él iba a ser un Salvador cuyo dominio sería de mar a mar. Sin embargo, será "manso", y vendrá "montado en un burro." Esta paradoja se ve a lo largo de la vida de Jesús. Él era Dios, sin embargo era un ser humano. Él era el Príncipe de la Paz, pero nació en un establo. Él era el Rey del Universo, pero entró en Jerusalén sobre un burro. Él era el Maestro, pero él humildemente lavó los pies de sus discípulos. Fue Juez Eterno sin embargo, él se puso de pie humildemente delante de Pilato para ser juzgado. Fue Él quien nos dio la libertad y aún asi permitió a los romanos arrestarlo. Él era el heredero del Universo pero fue coronado de espinas. No era fácil de convencer, sin embargo. Este mismo Jesús expulsó a los mercaderes del templo con un látigo y mostró coraje cuando salvó a la mujer adúltera de ser lapidada. Él desafió a los fariseos al sanar a los enfermos en sábado y defendió a sus discípulos de la crítica. Él llamó a Herodes un zorro y no dudó en enfrentar a los fariseos como hipócritas y tumbas blanqueadas . Cuestionó al soldado que le dio una bofetada y aún perdonó a Pedro que lo negó. Comía y bebía con pecadores, vino en ayuda de los tullidos, leprosos, las viudas y los marginados, alimentó a los hambrientos materialmente y con la palabra de Dios, y les dio esperanza a los que se consideraban fuera del Reino de Dios. Su mensaje era de amor eterno y llamó a los que le siguieron a amar como Él amaba. Dijo que sólo había dos cosas importantes -  amar a Dios con todo nuestro corazón, mente, alma y fuerzas y que amemos a nuestro prójimo como él nos amó.

Mis preguntas para usted y para nosotros son muy simples: ¿Quiénes somos? ¿Qué tiene que ver "quienes somos" con Jesús, su vida y su mensaje? ¿Qué parte de 'quienes somos' se aprende de Jesús?

2. Jesús dijo también a sus discípulos: "Llevad mi yugo sobre vosotros." ¿Qué significa esto? Es mi entendimiento de que tomar el yugo de Jesús es la dimensión activa de la orden más pasiva de "aprended de mí." En otras palabras, una vez que aprendemos cómo Jesús hablaba, pensaba y actuaba, entonces es el momento de poner en práctica lo que hemos aprendido.  Un yugo mantiene al animal concentrado en la tarea y la dirección que debe tomar. El yugo de Jesús ofrece una disciplina y dirección a sus discípulos. Los discípulos de Jesús que han tomado el yugo saben qué hacer cuando alguien les voltea, los insulta, les malinterpreta o los odia. El que ha tomado el yugo de Jesús deliberadamente y hace el esfuerzo para totalmente pensar, hablar y actuar como él. La paradoja de tomar este yugo es que a pesar de que puede parecer pesado el yugo de Jesús, es también muy liberador. La liberación viene de la certeza de que estamos viviendo en el camino de la salvación, el camino de Jesús, que es paz y amor.

3. Pero ¿cómo podemos lograr esto? La segunda lectura de hoy nos da la idea de cómo realmente podemos poner en práctica lo que aprendemos de Jesús. Pablo dice: "El que no tiene el Espíritu de Cristo no pertenece a él. Si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó a Cristo de entre los muertos dará también la vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. "La clave, entonces, para todas las lecturas de hoy no es más que esto - que permitamos que el Espíritu de Jesús more en nosotros. Si el Espíritu de Jesús está dentro de nosotros, entonces estamos dispuestos a actuar de manera muy diferente cuando alguien, por ejemplo, nos maltrata, de cuando no permitimos que el Espíritu de Jesús more en nosotros. Pablo llama a esta forma de vida como “vivir en el Espíritu” en vez de vivir en la carne. Una persona viviendo en el Espíritu de Jesús responderá de manera muy diferente a la oposición, la incomprensión y el odio que una persona quien vive en la carne. Es el que tiene el Espíritu de Jesús quien es llamado el "manso y humilde de corazón." Estos son los "pequeños" a quien el Padre le revela la verdad del Reino de Dios.


Hoy en día, me permito sugerir que a medida que nos acercamos al frente para recibir a Jesús que oremos para que el Espíritu de Jesús venga a nosotros de una manera nueva. Y que cada día de esta semana, antes de comenzar nuestro día, hagamos una pausa y tomemos conciencia de nuestra vocación de ser mansos y humildes de corazón. Muy conscientes pongamos el yugo de Jesús sobre nosotros antes de empezar el día. Cada día invitemos al Espíritu de Dios que more en nosotros. Esta semana, que cada uno de nosotros pensemos, hablemos y actuemos como Jesús. Amén.

- Padre Satish Joseph