4 de junio de 2018 - Somos que comemos!

Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo
Lecturas del dia
De vez en cuando, estoy en total asombro por las cosas que nos conectan con la historia antigua. La fiesta del Corpus Christi es una de esas celebraciones. La historia de este va tan lejos como 498 DC. En la iglesia primitiva, Jueves Santo llegó a ser conocido como Natalis Calicis, o el nacimiento del cáliz. Sin embargo, ya que el enfoque de la Semana Santa fue en la pasión y muerte de Jesús, el evento principal del Jueves Santo, la última cena en la que Jesús nos dio su cuerpo y sangre, no tuvo la importancia que merecía. Entonces aparece Santa Juliana de Monte Cornillion, a finales del .siglo 12.  Su devoción al Santo Sacramento, una visión que tuvo, y sus esfuerzos personales llevó a un día especial para celebrar el Corpus Christi. A mediados del siglo 13 la fiesta del Corpus Christi era una celebración establecida en la iglesia. El 8 de septiembre del año 1264, el Papa Urbano IV declaró la celebración anual de la fiesta del Corpus que se celebra el jueves después de la Trinidad.
No sería exagerado decir que sin nuestra fe en la presencia real de Cristo en el pan y el vino que el catolicismo estaría muerto. Nuestra Iglesia, nuestra adoración, nuestra fe y nuestra vida se basa en la realidad del Cuerpo de Cristo. Hablemos de tres implicaciones prácticas de esta fiesta central de la Iglesia.  

a) Una fiesta de Presencia. En el nivel más básico, esta fiesta es sobre la presencia. Si has perdido a un ser querido, conoces el valor de la presencia. En el pan y el vino, Jesús encontró una manera de continuar su presencia física entre nosotros. A pesar del tratamiento brutal que tuvo con Jesús la humanidad,aun asi no dejo de amarla. Jesús no podía dejar de amar a todos y cada uno de nosotros. La fiesta del Corpus Christi es el agradecimiento de la humanidad a Dios por estar presente entre nosotros. Hoy en día, que nuestra adoración, nuestro recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo en la comunión sea un acto de agradecimiento sublime.
b) La comida. En la sociedad moderna, sobre todo, en la sociedad americana, la comida ha perdido su significado. La gente come comida en su mesa de trabajo, en el coche, de pie en la cocina e incluso en los baños! Nuestras vidas se han vuelto tan ocupado que, incluso con las personas que amamos, no tenemos el tiempo para sentarnos y comer una comida. La industria de la comida rápida ha hecho esencialmente inútil la cocina de la familia e hizo que la nutrición sea una búsqueda de los élites. ¿Sabes que sólo el 26% de los católicos piensan que es importante ir a la iglesia todos los domingos? Me pregunto si hay una correlación entre la pérdida del sentido de una comida familiar y la menor asistencia a la misa. Si tenemos el tiempo para sentarnos y comer una comida con la familia, ¿por qué habríamos de tomarnos el tiempo para sentarnos y disfrutar de una comida con Dios? La fiesta del Corpus Christi es una invitación para cenar con Dios. La fiesta de hoy es una invitación a recuperar la importancia de la comida de la familia, no sólo en casa, sino aquí en esta mesa.  
c) Somos lo que comemos! Hablando de una comida, tal vez seamos conscientes de la frase, “Eres lo que comes!” El dicho no podría ser más cierto en esta ocasión  y es sobre el Cuerpo y la Sangre de Cristo. La Iglesia se convierte en lo que come - el Cuerpo de Cristo. Por eso, en el catolicismo, honramos a Jesús no sólo el Santísimo Sacramento, sino también en la comunidad. En esos momentos en los que el incienso se utiliza ampliamente en el culto católico, después de inciensar el altar, el diácono inciensa al sacerdote, y finalmente a toda la  congregación. Esto se debe a que los católicos creemos que Cristo está presente en la comunidad del culto y de hecho en cada persona que participa en el pan y la sangre de cristo. Esto tiene consecuencias muy reales para nosotros. Cristo ha elegido para estar presente para la humanidad y para el mundo, no sólo en el pan y el vino, sino a través de cada católico. Es en cada lugar vayamos después de recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo hay un tabernáculo. Esto significa que somos el sacramentos de Cristo. Esto significa que tratamos a los demás con el mismo respeto que tratamos el Santísimo Sacramento.
Al celebrar esta Eucaristía, nuestro culto puede ser un acto de agradecimiento a Dios. Que sea también un compromiso de nuestra parte para ser una presencia de Cristo en el mundo. Porque de hecho, somos lo que comemos!
- Padre Satish Joseph