Lecturas del dia Tuve un funeral esta semana que me enseñó algunas lecciones muy importantes. Enterramos a Dino Adducio. Dino era un fiel católico que durante la mayor parte de su vida, asistía a misa regularmente. Dino y su esposa Carmela, se mudaron a Carolina del Norte en los años últimos. Pero una vez allí, Dino dejó de ir a la iglesia. De las notas que su familia me dio, Dino se enojó con Dios. La esposa de Dino, Carmella, estaba enferma la mayor parte de su vida y había orado a Dios por la curación. Dino se sintió defraudado por Dios cuando no se curó y dejó de ir a la Iglesia. Interpreté la ira y la decepción de Dino con Dios como un acto de fe. Es como en un matrimonio - igual si estan enojados uno con otro, queda una relación; que todavía la persona es importante. En cualquier caso, en que cómo murió Dino es realmente conmovedora. En este día particular, Dino pidió a su esposa que sentara a su lado en la cama. Ella se negó porque tenía cosas para ser hechas en la casa. En repetidas ocasiones le pidió y después de mucha insistencia, ella estuvo de acuerdo. Ella se metió en la cama con él y se acostó a su lado. Y esa es la forma en que murió. Dino estaba enojado con Dios, y Dios respondió a través de este más hermoso regalo de despedida para Dino y Carmella. Al igual que Dino, la mayoría de nosotros experimentamos una discrepancia entre cómo pretendemos que sea nuestra vida y hay veces que eso no sucede. Tenemos una situación similar en la lectura del evangelio de hoy. Pedro acababa de confesar que Jesús es "el Cristo, el Hijo del Dios viviente." ¿Se acuerdan de que inmediatamente después de esa confesión, Jesús ordenó estrictamente a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Cristo? El evangelio de hoy nos dice la razón de ese mandato- porque, allí habia una enorme discrepancia entre el tipo de Mesías que Israel esperaba y el tipo de Mesías que Jesús se revela a ser. El "Mesías" en la expectativa de Israel era un guerrero-héroe tradicional, montando a la batalla con un signo de la victoria. Pero Jesús revela una imagen tan contraria a la expectativa popular de que si se supieron que Jesús era el "Mesías," la población-romana cansada de Palestina inmediatamente declararon Jesús el rey político. Pero Jesús necesitaba más tiempo para revelar que él era un mesías de sufrimiento en lugar de un mesías triunfalista. Cuando Jesús reveló la necesidad de que sufriera, Pedro fue sacudida hasta la médula. Ninguno en su imaginación más salvaje esperaba que hubiera tanto rechazo, sufrimiento, cargar la cruz, mesías perseguido y crucificado! Por supuesto, Pedro no lo sabría hasta mucho más tarde. No es extraño, entonces, que Pedro reprendiera a Jesús. Desde ese momento hasta su eventual sufrimiento, muerte y resurrección, Jesús se tomaría el tiempo para salvar la discrepancia entre las expectativas de los discípulos y la verdadera naturaleza de su mesianismo. a) La Vida: Expectativa frente a la realidad. La primera lectura de hoy comienza con Jeremías diciendo a Dios: "Tú me has engañado Señor." Jeremías se sintió engañado por Dios. Su ministerio profético resultó ser muy diferente a lo que previó que sea. En lugar de aceptación, experimentó la oposición y la violencia. ¿Quién de nosotros abraza intencionalmente inseguridad, sufrimiento, el dolor y la incertidumbre? ¿Quién de nosotros espera que nuestros seres queridos sufran? Y, sin embargo, aprendemos pronto que hay una discrepancia entre lo que nos gustaría y lo que la vida nos puede ofrecer. Sí, los niños sufren, los inocentes mueren, sucedan cosas malas a la gente buena, la gente se hacen daños unos a otros, nosotros nos enfermamos y, a veces fatalmente, hay accidentes que terminan trágicamente, y además desastres naturales a veces alteran permanentemente nuestras vidas. Pedro experimentó una discrepancia similar. "Dios no lo quiera, Señor! Ninguna de estas cosas vayan a sucederle alguna vez." Cuando Jesús dice a Pedro: "Tú no eres como Dios, sino como ser humano". Jesús les estaba enseñando que hay dos formas de enfrentar nuestras decepciones y discrepancias - con Dios y la fe o sin Dios y la fe. Propio ejemplo de Jesús es una lección. Él abraza voluntariamente la cruz por la redención humana y lleva esa cruz con la ayuda de Dios. Incluso cuando él se sintió abandonado por Dios, él no perdió su fe en su Padre. b) El significado más profundo de la Cruz. La reprensión de Jesús que le hizo a Pedro se basa en su falta de conocimiento del plan de Dios para el mundo. Pedro no tenía idea de cómo el sufrimiento y la muerte podrían estar conectados a la gloria del Mesías. Jesús, en cambio, sabía que Dios tenía la intención de transformar la historia humana. Pero Jesús también sabía que para llevar a cabo el plan de Dios tendría que abrazar la cruz ... literalmente. ¿Quién hubiera pensado que una cruz hecha para los criminales podría empacar tanto significado y propósito? ¿Quién hubiera pensado que abrazar la cruz y morir en ella transformara toda la humanidad? ¿Quién hubiera pensado que la cruz podía esconderse detrás de tanto amor? ¿Quién hubiera pensado que el sufrimiento libremente abrazado podría traer tanta bondad insondable? Cuando Jesús reprendió a Pedro y le mando a Satanás para que saliera detrás de él, Jesús estaba invitando a Pedro a mirar más profundamente. Hoy, Jesús está haciendo lo mismo con nosotros cuando él nos dice: "El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y me siga", nos invita a mirar más profundamente. No podemos verlo, pero el sufrimiento de Dino, tan sin sentido como parece, tiene un propósito. Al igual que Pedro no podía verlo entonces no vemos ahora. Cada cruz, la que Jesús realizó y los que llevamos no carecen de significado. Si la vida nos ofrece cruzes, Dios envuelve con gracia cada cruz con significativo. c) La necesidad del sufrimiento. El elemento verdaderamente sorprendente en las palabras de Jesús, es la necesidad de sufrir con el fin de seguir a Jesús. ¿Por qué dice Jesús: "El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo tome su cruz, y me sigue." Hay dos razones para esto. En primer lugar, en el momento en que este evangelio fue escrito, los seguidores de Jesús estaban ya sometidos a una severa persecución. Muchos de ellos tuvieron que soportar sufrimientos intensos a fin de permanecer fieles a Cristo y sus enseñanzas. Pero cuando terminó la persecución, la cruz tomó un significado diferente. Para los primeros monjes y para muchos otros, la cruz significaba la voluntad de desprenderse de las cosas que podrían venir entre el yo y la exigencia radical del cristianismo. Esto es cierto también para nosotros. Pienso en la necesidad de la cruz como camino de discipulado auténtico. Cuando nuestro sufrimiento es por un bien mayor, cuando sufrimos con otros para ayudar a llevar su cruz, cuando abrazamos una cruz en la defensa de lo que es correcto, y aun cuando sufrimos con fe sin saber el propósito de nuestro dolor, nos convertimos en Cristo. Nada nos une a Cristo más íntimamente que llevar nuestra cruz como lo hizo. Y si estamos llevando una cruz debemos saber que Cristo está muy cerca de nosotros. De la misma manera que la cruz de Jesús trajo la salvación al mundo, nuestras cruces puedan llegar a ser un camino de santidad. - Padre Satish Joseph
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AuthorAqui estan las homilias del Padre Satish de cada domingo. Archives
November 2022
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