3 de mayo de 2015 - Hay un Discipulo Adentro de Cada Uno de Nosotros

Quinto domingo de la Pascua 2015
Las Lecturas del Dia

Hay una historia que mi maestra de segundo grado nos habia contado en mi clase de catecismo. Extrañamente, todavía me acuerdo de la historia al leer la lectura de hoy. Un día, Miguel Ángel caminando por un jardín en Florencia, vio un bloque de mármol en una esquina que sobresalia de la tierra. Estaba medio cubierto por la hierba y el barro. Se detuvo de repente, como si hubiera visto a alguien. Entonces dijo a sus amigos que estaban con él,: "Un ángel está encarcelado en el mármol; yo le debo sacarle a la libertad." Y, armado con un cincel, comenzó a trabajar en ese bloque hasta que surgió la figura de un ángel hermoso. La maestra nos decía: "Cada uno de nosotros somos un ángel en bruto. Y Dios es el artista. El cincel es la Palabra de Dios. Dios usa su palabra para sacar lo mejor de nosotros."  Más tarde, cuando llegue a ser grande verifiqué la verdad de la historia de Miguel Ángel. Resulta que mi maestra decía la verdad. El ángel se encuentra ahora en la Basílica de Santo Domingo en Bolonia, Italia.


A medida que la temporada de la Pascua continúa, hay dos movimientos reconocibles que somos conscientes. En primer lugar, durante tres domingos después de la Pascua hemos escuchado historias de la aparición física de Jesús a sus discípulos. Ahora a medida que avanzamos en el quinto domingo después de Pascua, el énfasis cambia a la presencia morando en Cristo. Por eso Jesús dice: "Permaneced en mí, como yo permanezco en ustedes." En segundo lugar, hay un cambio visible en la madurez de los discípulos. Veremos a unos discípulos que están más convencidos de la misión de Jesús y quienes lo proclaman sin temor. Pero si tienen que permanecer de esa manera, necesitan mantenerse unidos a Jesús. Por eso Jesús dice: "Así como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí"  Para nosotros esto significa que así como una creacion de Miguel Ángel increíble, Dios está constantemente tratando de crearnos de nuevo. Especialmente, en esta temporada después de la Pascua, Cristo estará presente en el mundo a través de nosotros. Permítanme ofrecer tres implicaciones prácticas de estas lecturas.

1. La Nueva Presencia. La vid y la rama, la analogía en la lectura del evangelio de hoy nos habla de las nuevas formas en que Jesús está presente para nosotros. En primer lugar, Jesús está presente en y através de sus palabras. Jesús dice: "Ustedes ya están limpios por la palabra que hablé con ustedes." En segundo lugar, Jesús habla de su presencia viviendo a través de los discípulos. Esta comunión más profunda se logra a través del Espíritu Santo. Juan dice en la segunda lectura de hoy, "los que guardan sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él, y la forma en que sabemos que él permanece en nosotros es por el Espíritu que nos dio." Vemos esto en la primera lectura de hoy. Los Hechos de los Apóstoles nos dice que con el consuelo del Espíritu Santo, la Iglesia creció en número. La tercera forma en que Cristo está presente no se menciona específicamente en el evangelio de hoy, pero Juan ya habló de ello en su sexto capítulo -el pan de vida. Jesús está presente con nosotros en la Eucaristía. En otras palabras, la palabra, el espíritu, y el pan - son las tres formas en cómo Cristo está presente para nosotros. Hoy en día, estamos siendo invitados a tomar en serio las formas en que Cristo está presente para nosotros. Tal vez también podemos examinar nuestra relación con Jesús en las Escrituras, por medio del Espíritu y de la Eucaristía.
   
   

2.    Formando Discípulos. Cuando Miguel Ángel vio el bloque de mármol, vio dentro de este bloque de mármol, un ángel. Él utilizó sus instrumentos para cincelar la imagen que vio. Del mismo modo, las tres formas en que Cristo está presente para nosotros también está destinado a crearnos de nuevo. ¿Qué ve Cristo en nosotros? ¿Quién quiere Cristo que seamos? La respuesta se encuentra en la última frase del evangelio de hoy. Jesús dice: "En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis mis discípulos." Discípulos! Eso es lo que estamos destinados a ser. Si al final de nuestras vidas tenemos éxito en permitir que Dios nos pode y nos forme en auténticos discípulos, entonces nuestras vidas valdrán la pena. Como parece un discípulo? La mejor respuesta a esta pregunta esta en las Bienaventuranzas. Para el final de nuestras vidas debemos permitir que Dios nos haga pobres de espíritu, mansos de corazón, los que tienen hambre y sed de justicia, misericordiosos, pacificadores y limpios de corazón. Realmente hablando, entonces, el discipulado es sobre la formación del carácter. Hoy estamos siendo invitados a dejar que Dios nos transforme en el tipo de personas que Dios quiere que seamos. La mayor tragedia sería que volvemos a Dios al margen de la renovación y la recreación de la gracia de Dios. La mayor tragedia sería que al final de nuestras vidas hayamos profesados a Cristo sin darnos cuenta de nuestra llamada más básica - el llamado a ser discípulos de Jesucristo.


3. El camino hacia el discipulado. Aquellos de ustedes que son padres o aquellos de nosotros que somos educadores, una de las lecciones que enseñamos a nuestros hijos y alumnos es la enormidad de la tarea de la formación del carácter. Muchas veces, incluso después de haber dado el mejor ejemplo, los niños no salen como padres o maestros esperan. Jesús pasó tres años con sus seguidores para formarles en discípulos. Según la historia, no fue una tarea fácil. Tal vez nuestra historia sea la misma. Para permitir que la palabra de Dios nos pode - no es tarea fácil. Para podar nuestro egocentrismo, para mantener nuestra mente y corazón puros, para ser constructores de paz, para dar hasta que duela, y de buscar la justicia, no es tarea fácil. Del mismo modo, para estar constantemente abierto al Espíritu Santo -  requiere disciplina en la oración. Para recibir el Cuerpo de Cristo y después de convertirse en el cuerpo de Cristo, se requiere compromiso, dedicación y sacrificio. Las lecturas de hoy son una invitación para que la Palabra de Dios, el Espíritu Santo y la Eucaristía formen nuestro carácter.


Al celebrar esta Eucaristía nos damos cuenta de que Cristo esta presente para nosotros en sus tres formas. La Palabra de Dios acaba de ser proclamada. Muy pronto el Espíritu Santo va a transformar el pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo. Y ahí estaremos a su vez transformados en el cuerpo de Cristo. Que nosotros permitamos que Cristo permanezca en nosotros y permaneceremos en él. Amén.

-Padre Satish Joseph