Fiesta de la Sagrada Familia
Lecturas del Dia Acabamos de celebrar la Navidad. Cuando pensamos en el plan de Dios y en todas las formas en que Dios pudo haber venido a nosotros, ¿no es realmente sorprendente que Cristo haya entrado en un hogar? Encuentro fascinante que Cristo haya nacido en una familia. La implicación de esta realidad es inmensa. Así como la encarnación de Cristo dio nueva dignidad a la raza humana, el nacimiento de Cristo en una familia trajo nueva dignidad a la familia humana, al hogar. Familia: un sacramento. Una familia en sí misma es sagrada. Es sagrada porque Dios creó la familia humana. Sin embargo, hoy no me refiero solo a la santidad de la familia, me refiero a la 'sacramentalidad' de la familia. La encarnación de Cristo en una familia eleva la dignidad de la familia a un nivel completamente nuevo. El nacimiento de Jesús en una familia hace de la familia un "sacramento". En otras palabras, la familia y el hogar son lugares de encuentro de Cristo. La Sagrada Familia de Jesús, María y José se llama una 'familia sagrada' no solo porque era la familia de Jesús, sino también porque la sagrada familia era una familia donde otros se encontraban con lo divino. Por ejemplo, la Escritura nos dice que cuando los pastores y los magos llegaron al lugar donde nació Jesús, encontraron a Jesús con María y José. No fue solo en su nacimiento, sino, incluso más tarde, cuando huyeron a Egipto, cuando lo perdieron en el Templo, cuando Jesús comenzó su ministerio en Caná, y finalmente cuando fue crucificado, la Sagrada Familia era una familia donde la gente se encontró con Dios. Implicación práctica: Se necesita mucho trabajo para que una familia sea una familia y hay muchas realidades que una familia tiene que enfrentar: empleo, cuidado de los niños, educación, relaciones, quehaceres, vacaciones, cocinar, limpiar, salud, enfermedades, éxitos, fracasos, peleas, heridas y mucho más. En medio de todas estas realidades habita Cristo. Hoy, los invito a tomar conciencia de que, en medio de todo el trabajo y las realidades que pasa para construir su familia, ser familia es un sacramento. A pesar de todo, Cristo elige habitar en nuestra familia y en nuestros hogares. Nuestra familia es un sacramento. Una Sagrada Familia no es una Familia Perfecta. Es posible que las implicaciones del concepto de "familia como sacramento" nos desconciertan un poco. Para muchos de nosotros, la santidad significa perfección. Pero hay una diferencia entre perfección y santidad. Una familia no está llamada a luchar por la perfección, sino que está llamada a la santidad. ¿Qué significa esto? Imaginar la familia como un sacramento significa que reconocemos que cada persona de la familia, incluso la más intolerable, es creada, amada y redimida por Cristo. Imaginar a la familia como un sacramento significa que en medio de las imperfecciones de los miembros de la familia, no comprometemos la dignidad de la familia. Imaginar la familia como sacramento significa que incluso en las realidades más mundanas de la vida familiar, no perdemos de vista la presencia de Dios en nuestra familia. Imaginar una familia como sacramento significa que tenemos un sentido de misión: que nuestra familia es el lugar donde otros encuentran lo divino. Imaginar la familia como un sacramento significa que incluso cuando confrontamos con el dolor, el fracaso, la tragedia y la desunión, estamos dispuestos a perdonar, a intentarlo de nuevo, a dejar que la fe nos guíe y a ser desinteresados. Implicación práctica: Recordemos que en nuestra vida familiar estamos llamados a la santidad, no a la perfección. Santidad no significa que seremos perfectos, sino que nuestras imperfecciones nos ayudan a crecer en santidad. Clave para las familias santas (pero no perfectas). La segunda lectura de hoy de la carta de Pablo a los Colosenses nos da formas muy concretas en las que nuestras familias pueden ser un sacramento, un lugar para el encuentro con Dios. Él dice: “Puesto que Dios los ha elegido a ustedes, los ha consagrado a él y les ha dado su amor, sean compasivos, magnánimos, humildes, afables y pacientes. Sopórtense mutuamente y perdónense cuando tengan quejas contra otro, como el Señor los ha perdonado a ustedes. Y sobre todas estas virtudes, tengan amor, que es el vínculo de la perfecta unión.”(Col 3, 12-14). Implicación práctica: La instrucción de Pablo es muy útil. La conclusión es la siguiente: ser una familia sagrada no significa una familia sin dificultades, sin problemas, sin trampas y sin fracasos. Más bien, ser una familia santa implica que, sin importar lo que pasa en nuestras familias, lo enfrentamos sabiendo que Cristo ha hecho de nuestra familia su hogar. Pongámonos de compasión, bondad, gentileza, paciencia, perdón y amor. Si podemos esforzarnos por hacer esto, nuestras familias vivirán a la altura de la dignidad que Cristo le ha concedido: un sacramento. Durante esta Eucaristía, dediquemos nuestro hogar y nuestra familia a Cristo. -Padre Satish Joseph
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AuthorAqui estan las homilias del Padre Satish de cada domingo. Archives
November 2022
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