24 de mayo de 2020- La Ascensión - Nuestro Destino, Nuestra Esperanza

Solemnidad de la Ascensión del Señor
Lecturas del Dia
Hoy celebramos la Fiesta de la Ascensión. El peligro de una fiesta como la Ascensión es precisamente esto: que con la ascensión de Cristo al cielo podemos pensar que Dios está allá arriba, desconectado del mundo aquí abajo. Después de todo, ¿no se quedaron allí los discípulos mirando al cielo? (Hechos 1:11) Especialmente cuando experimentamos una pandemia, es fácil sentirse abrumado por la ansiedad y el dolor y perder de vista a Cristo.   
Me gustaría discutir esto en tres puntos. 

 

1. Primero, la ascensión de Jesús revela nuestro destino. No estoy seguro del caso de ustedes, pero en estos días me he enfrentado a las preguntas existenciales básicas. En muchos sentidos, estas preguntas surgen de mis conversaciones con mi madre que está a nueve mil kms de distancia. Ella está muy ansiosa por mi bienestar. A ella le preocupa que este solo. Ella también está muy preocupada de que a medida que avance en mi ministerio sacerdotal, que yo mismo pueda ser una víctima del virus. Pero hay una cosa de la que está segura: que su vida y la mía están en manos de Dios. Ella reza, intercede, llora, pero todo en la fe absoluta y la seguridad de que la vida de cada persona humana está en las manos de Dios. Yo tampoco estoy libre de ansiedad. He estado en funerales, bautizos y con los moribundos. Y ahora que las iglesias están abiertas al culto público, me preocupa nuestro personal, nuestros feligreses y yo mismo. ¿Qué pasa si uno de nosotros se convierte en víctima de COVID-19? Es en estos momentos que la ascensión de Jesús se convierte en consuelo. Como mi madre me recuerda en estos días: "Ten mucho cuidado, pero recuerda que nuestras vidas están en manos de Dios". Hoy, más que nunca, recuerdo que mi destino está en las manos de Dios. Con nuestro destino seguro, hoy, esta hora, este momento, debemos vivir para la gloria de Dios. Hoy, esta hora, este momento, debemos ser discípulos. ¿Qué tiene esto que ver con la ascensión de Jesús? Es la ascensión de Jesús lo que nos recuerda que nuestras vidas están en la mano de Dios. Es la ascensión de Jesús que revela nuestro destino. Es este destino el que nos da la fuerza para vivir el presente con valor. Entonces, vivamos con cautela pero con coraje. Vivamos con cuidado pero con amor. Vivamos con prudencia pero con generosidad. Porque Cristo es nuestro destino. 
   

1. Segundo, la ascensión nos da esperanza. Permítanme leerles la oración que San Pablo hace por los efesios en la segunda lectura de hoy. “Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, les dé un espíritu de sabiduría y revelación que resulte en su conocimiento. Que los ojos de sus corazones se iluminen para que sepan cuál es la esperanza que pertenece a su llamado ... ". (Efesios 5: 17-18). San Pablo está orando por dos cosas por los efesios: el conocimiento de Dios y la ESPERANZA que proviene del conocimiento de Dios. ¿No es cierto que Dios nos envió a Jesús para traer esperanza? Levantó a la humanidad de las profundidades de la desesperanza. La fiesta de la ascensión es la culminación de la esperanza que Cristo trajo a la humanidad. Hoy vivimos con la esperanza de que donde él haya ido, nosotros también lo sigamos. Incluso mientras luchamos contra esta pandemia, ninguno de nosotros tiene que vivir sin esperanza. Si entendemos la ascensión de Jesús, entonces conocemos la esperanza. 
   

1. Tercero, la ascensión nos da una nueva dignidad. La escena al final de la lectura del evangelio de hoy es bastante divertida. Jesús ha desaparecido lentamente en el cielo. Los discípulos están parados allí ... boquiabiertos. Los ángeles vienen y les dicen: “¿Por qué están parados allí mirando al cielo? (Hechos 1:11) Los discípulos ya no están destinados a ser como personas sin rumbo, que ya no pueden mirar al cielo. Hasta ahora los discípulos eran aprendices: débiles, a tientas, inciertos. Eso cambió con la ascensión. Jesús les dio una nueva dignidad y propósito: "Ustedes son testigos de estas cosas", les dijo. Ahora deben ser para los demás lo que Jesús fue para ellos. Estamos en medio de una pandemia. En este momento de crisis, nuestra dignidad radica en ser "testigos de estas cosas". Y damos testimonio al vivir con cautela pero con valentía, con cuidado pero con amor, con prudencia y generosidad. Somos testigos al impartir siempre la esperanza que es Jesucristo. Ahora damos testimonio de ser para otros lo que Cristo ha sido para nosotros. ¡Vivamos nuestra dignidad recién descubierta dando testimonio de estas cosas! 
   

Aunque Cristo ha ascendido, deja su espíritu con nosotros. Deja su presencia en su cuerpo y sangre. Él nos dice en el evangelio de hoy: "He aquí, yo estoy con uds siempre, hasta el fin de los tiempos". Fortalecidos por su presencia, vivamos con esperanza, dando testimonio de estas cosas.

-Padre Satish Joseph