20 de junio de 2021 - “Vamos a la otra orilla.”

XII domingo de tiempo ordinario
Lecturas del Dia
En mi homilía de hoy me gustaría centrarme en la historia de Jesús calmando la tormenta (Mc 4, 35-41). Me gustaría concentrarme en la introducción a la historia. Marcos nos dice que "Un día, al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: ‘Vamos a la otra orilla del lago’."(Mc 4, 35).

Permítanme extraer tres implicaciones prácticas de esta invitación que Jesús ofreció a sus discípulos:

1. Es interesante que Jesús les diga a los ​discípulos: “Vamos a la otra orilla del lago.” (Mc 4, 35). Me pregunto si fue una propuesta inocente. Cuando terminó la tormenta, Jesús tenía algo muy importante que decirles a los discípulos. Él dijo: “¿Por qué tenían tanto miedo? ¿Aún no tienen fe?”(Mc 4,40). Me parece que Jesús no solo estaba proponiendo que cruzaran al otro lado del lago, sino que cruzaran al otro lado, siguiendo a Jesús. Yo lo llamo “a la otra orilla de la fe.” Jesús realmente estaba llamando a sus discípulos a seguirlo más de cerca, más radicalmente y más fielmente. No es que los discípulos no fueran ya seguidores serios. De hecho, habían dejado a sus familias, su sustento y su pasado para seguir a Jesús. Pero Jesús los estaba llamando a un compromiso más profundo. También creo que Jesús nos dice hoy: "Pasemos a la otra orilla". En otras palabras, Jesús nos está llamando a un compromiso aún más profundo. 
¿Estamos dispuestos a pasar a la otra orilla del lago? Esta puede ser una experiencia emocionante, pero difícil y aterradora. Pero Jesús nos dice lo mismo que les dijo a sus discípulos: ““¿Por qué tenían tanto miedo? ¿Aún no tienen fe?” (Mc 5, 40).

2. Antes de pasar a la otra orilla con Jesús, reflexionemos un poco más sobre la invitación de Jesús. La fe a menudo se llama un viaje, una peregrinación. Nuestro viaje comenzó cuando nacimos y nuestro destino final es el cielo. En una peregrinación, el camino es tan importante y santa como el destino final. En la peregrinación de la vida hay momentos de gran belleza, amor, alegría y paz. Pero el viaje también está plagado de dificultades y peligros. Los discípulos dejaron todo y siguieron a Jesús. Por un momento fue agradable y el viaje fue tranquilo. Pero cuando se encontraron con una tormenta, entraron en pánico. La pregunta que Jesús les hizo es importante: “¿Por qué tenían tanto miedo? ¿Aún no tienen fe?” (Mc 5, 40) 
Eche un vistazo a nuestra fe hoy, en este mismo momento. ¿Cómo fue nuestra fe durante nuestra Primera Comunión? ¿Cuánto crecimos en la Confirmación? ¿Cuántos años han pasado desde ese momento? Estoy seguro de que hemos crecido en nuestra fe desde entonces y hasta ahora. ¿Estamos feliz en el lugar de nuestra vida de fe ahora mismo? Jesús nos dice: “ Vamos a la otra orilla del lago”  ¿A dónde quiere llevarnos Jesús en nuestra vida de fe? No tenemos que esperar una tormenta para descubrir que necesitamos crecer en nuestra fe. 
Esta semana dediquemos algún tiempo a reflexionar sobre el estado actual de nuestra  vida de fe y cómo podemos crecer desde donde estámos y cruzar al otro lado. 

​3. La segunda lectura de hoy presenta un área importante en la que Jesús nos invita a cruzar “a la otra orilla del lago". En la segunda carta a los Corintios, Pablo dice: “Cristo murió por todos para que los que viven ya no vivan para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.” (2 Co 5,15). Hoy, se nos invita a dejar atrás el vivir para nosotros mismos y a cruzar a la otra orilla del lago a vivir para Dios y para los demás. 
Sin presumir, permítanme compartir un ejemplo de mi vida. Yo soy de India. Vine aquí hace 21 años. Terminé mi maestría y luego mi doctorado. Primero fui sacerdote residente, luego pastor asociado y luego pastor. Y estaba feliz, contento y creciendo en mi fe. Entonces una tormenta golpeó mi vida. Entré en contacto con muchos inmigrantes. Fui a El Paso para entender el tema de la inmigración. Sentí que Jesús me decía que debía cruzar “a la otra orilla del lago”. Regresé y comencé a ministrar a la población hispana. Comencé a aprender un nuevo idioma, a familiarizarme con una nueva cultura, comencé a celebrar la Misa en español, luego a predicar en español y a celebrar todos los sacramentos en español. Hoy estoy yendo a la otra orilla del lago. Hoy sé que debo vivir no para mí, sino para Dios y para ustedes. Debo cruzar la otra orilla del lago. 
¿Cómo está Pablo invitándonos a cada uno de nosotros a vivir no para nosotros mismos sino para Dios y para los demás? Esta semana, dediquemos algún tiempo a reflexionar sobre esta cuestión. Hablemos con Cristo. Hablemos con nuestra cónyuge, tengamos una reunión familiar, hablemos con un amigo. Estémos abierto a los eventos de su vida. Cristo quiere llevarnos al otro lado. ¿Estamos dispuestos a ir?  ¿Estamos dispuestos a no vivir para  nosotros mismos sino para Cristo, para los demás, incluso para aquellos que quizás no nos agraden? ¿Estamos dispuestos a cruzar al otro lado? 
Pablo comienza la escritura de hoy diciendo: “El amor de Cristo nos apremia…” (2 Corintios 5:14). Que el amor de Cristo nos apremie a cruzar con él a la otra orilla del lago. Pablo también dice: “El que vive según Cristo es una criatura nueva” (2 Co 5, 17). Al la otra orilla con Cristo, que seamos una nueva criatura; que vivamos una nueva vida para Cristo. 

Padre Satish Joseph