14 de septiembre de 2014 - La Cruz nos Lleva a Nosotros!

Lecturas del Dia

Dos semanas atrás, la lectura del evangelio era el pasaje donde Jesús dice a sus discípulos: "Si alguien quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame." Yo había predicado un sermón sobre el significado de "llevar nuestra cruces. "Hoy, en la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, quiero que escuche esta cita. Es una cita del Padre Raniero Cantalamessa, un sacerdote franciscano capuchino y también  predicador de la Casa Pontificia, tanto para el Papa Juan Pablo II y el Papa Benedicto. Él dice: "Ya no sois vosotros los que llevan la cruz, es la cruz que os lleva;. La cruz no aplasta sino que exalta" Me parece un gran consuelo en el hecho de que este año la fiesta de la Exaltación de la Cruz caiga en domingo, por lo que toda la Iglesia puede reflexionar sobre el poder de la cruz de Jesucristo
Me gustaría sacar tres lecciones de cada una de las lecturas para ofrecer tres puntos para reflexionar.

1. El Mal de Adentro. La primera lectura de hoy es la historia del pueblo de Israel que huían de Egipto y su viaje por el desierto antes de llegar a la Tierra Prometida. Mientras que están en el desierto, fueron mordidos por serpientes venenosas y muchos de ellos murieron. Más sorprendente es la razón detrás de este malestar. Dios envió a estas serpientes como castigo por la rebelión popular. Si los israelitas fueron oprimidos durante cuatrocientos años en Egipto, por qué están aun más oprimidos en el desierto? Creo que la lección de esta historia radical esta en la forma en que funciona la maldad. El mal puede venir de afuera y de adentro de la persona humana. El hecho de que el pueblo de Israel fue liberado del mal externo de la esclavitud no significaba que ellos también eran libres desde adentro. El potencial para el mal de adentro de ellos fue tan destructivo como el mal desde afuera. El poder de la libertad interna era una opción que estaba dentro de ellos. La verdadera libertad sólo puede venir si quieren formar su “yo” interno de acuerdo con los mandamientos de Dios. Y ellos se esforzaban continuamente en este proceso. Siempre les faltaba  la confianza en Dios, constantemente se quejaban contra Dios y Moisés, y a menudo caían en la tentación de erigir altares a otros dioses. También  nosotros, mientras que  tenemos poco poder sobre el mal fuera de nosotros, el potencial para el mal dentro nuestro se encuentra en nuestro poder. La lección, entonces, es simple. Si permitimos que nos controle el mal dentro nuestro, entonces el mal nos dominará. Sucumbir a la maldad dentro es abrazar la muerte.

2. La humildad,  la obediencia y el anonadamiento: El secreto del poder sobre el mal. La segunda lectura de la carta a los Filipenses (poéticamente hermoso en sí mismo), tiene una gran importancia a la luz de la esclavitud de los israelitas y su rebelión en el desierto. Este himno sobre Cristo dice que "se despojó de sí mismo tomando condición del siervo." Irónicamente, Jesús se hizo exactamente aquello de lo que Dios había liberado a los israelitas. Jesús se convirtió en un esclavo porque no hizo alarde de su linaje Divino, una cosa a que podía aferrarse; se convirtió en un esclavo por vaciarse, porque "haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz." La obediencia que Jesús practicó en la vida, su sufrimiento y en su muerte en la cruz es lo que los israelitas debieron haber practicado en el desierto. Por su humildad, su vaciamiento de sí mismo y su obediencia, Jesús vence al mal, tanto dentro como fuera. El secreto para vencer el mal dentro de mentiras en los versículos se encuentra inmediatamente antes a este himno a Cristo. Pablo dice: "No hagan nada por egoísmo o por vanagloria; más bien, con humildad considera a los demás como superiores a si mismo, cada uno mirando hacia fuera no por sus propios intereses, sino [también] a todos por las de los demás. Tened entre vosotros los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús ... ". Esto es lo que los Israelitas todavía tenían que aprender. Y esto es lo que tenemos que aprender. Se necesita nada menos que de la humildad como la de Cristo, la obediencia, y el auto-vaciamiento para ganar poder sobre el mal. Se necesita nada menos que la mente de Cristo para desarrollar este tipo de madurez espiritual. Estamos siendo invitados a "tener la misma actitud como la de Cristo."

3. La Cruz Nos Lleva. Esto nos lleva a la importancia de la cruz y el motivo de la fiesta de hoy. Para ver a Dios como el Dios que oprimió más a los israelitas en el desierto, es perder totalmente el punto. Dios es el Dios de los vivos y los muertos. El Dios que envió serpientes en medio de ellos es también el Dios que encontró una manera para que ellos vivieran. Dios encontró una manera de traer a la vida en medio del mal, la desesperación y la muerte. La "serpiente levantada en un poste y todo el mundo mirando para encontrar la vida” era sólo un prototipo del inmenso amor de Dios por su pueblo. La serpiente en un poste no fue el último signo del amor de Dios; Era su Hijo en la cruz. "Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo el que crea en él tenga vida eterna." En el amor inconmensurable de Dios, Dios quiere que toda la humanidad sea liberada de mal de adentro y por fuera. Ahora entendemos las palabras de Jesús, "Dios amó tanto ese mundo que dio a su Hijo único ... para que el mundo sea salvo por él." Y Jesús nos salva por su humilde obediencia, la muerte, el anonadamiento en la cruz. Como el P. Cantalamessa dice, "Ya no sois vosotros los que llevan  la cruz, sino mas bien es la cruz la que os lleva;. La cruz no aplasta, sino que exalta" La cruz de Cristo no es nuestra carga, sino nuestra salvación, nuestra esperanza y nuestra redención.

Permítanme concluir con las palabras de Pablo. "Debido a esto, Dios lo exaltó y le otorgó el Nombre que está sobre todo nombre, para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra en gran medida, y toda lengua confiese que Jesús Cristo es el Señor, para gloria de Dios Padre."  Que esta Eucaristía sea nuestra exaltación del mismo Cristo. Amén.

- P. Satish Joseph