12 de agosto de 2018 - Pan es carne

XIX Domingo ordinario
Lecturas del Dia
De todas las personas en tu vida, ¿hay una persona que amas más? Tal vez, hay algunas personas a quienes más amas ¿Qué podrías hacer por ellos? ¿Hay algún límite a lo que puedes hacer o ser por ellos? ¿Hay palabras para describir cuánto los amas? Estas son preguntas emocionales, ¿verdad? La razón que comienzo con estas preguntas es porque hoy vamos a reflexionar sobre el amor de Jesús. ¿Qué hace Jesús? ¿Qué nos da Jesús? ¿Qué dice sobre el amor de Dios?
La semana pasada, reflexionamos sobre las palabras de Jesús, "Yo soy el pan de vida; el que viene a mí nunca tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed. "Esta semana Jesús nos lleva más allá." El pan que os daré ", dice Jesús," es mi carne para la vida del mundo ". La clave para nosotros hoy es "carne". Estos son mis tres puntos:

1. El pan es carne. En el desierto, al pueblo de Israel se le dio maná. En la primera lectura de hoy, Elías el hambriento recibió torta y agua. Jesús, por otro lado, nos dio todo su ser. Las palabras de Jesús, "El pan que os daré es mi carne para la vida del mundo", personifica la entrega definitiva de Jesús. Esta es la medida de lo que cualquier persona puede dar de sí mismo a otros. Que esta entrega no fue una donación simbólica se ve en las palabras que Juan usa aquí. La palabra “sarx” en griego literalmente significa “carne”. En un sentido más amplio, también se refiere a la persona humana y la naturaleza humana. La palabra trōgien o "comer" en este pasaje es muy significativa. Se trata de "masticar" algo “crocante”.  El regalo de Dios es literalmente el regalo del “yo”. Antes de su muerte, Jesús tomó pan y vino y dijo: "Tomen y coman; este es mi cuerpo. "... “beban” ... esta es mi sangre" (Mt 26:26). Esto no fue meramente una garantía verbal. Esa seguridad se hizo realidad se ofreció a sí mismo en la cruz en entrega total. Les pregunté antes, ¿qué podrían hacer por los que aman? Si tuvieran que hacerle la pregunta a Jesús, Él diría: "El pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo". Jesús nos da todo lo que él es: cuerpo, alma y divinidad. Cuando celebramos la Eucaristía, tenemos acceso a este pan de vida. No es solo carne y sangre en la que participamos. A través de la Eucaristía, entramos en comunión con Jesús, su cuerpo completo, su alma y su divinidad.  
2. La Eucaristía - La vida de la Iglesia. El discurso del "pan de vida" de Juan nos habla de la centralidad e importancia de la Eucaristía en la vida de la iglesia primitiva. Déjenme explicarles . Con base en la información histórica en los cuatro evangelios, los historiadores y los eruditos de las Escrituras concluyen que Jesús fue crucificado el 3 de abril de 33 DC. El evangelio de Juan fue escrito entre 95-110 DC. Estos son unos buenos sesenta a setenta años después de la resurrección de Jesús. Si hay algo que el "pan del discurso de la vida" nos dice, es esto: que para cuando se escribió el evangelio de Juan, la eucaristía estaba firmemente establecida como la adoración central de la Iglesia. Lo sabemos por el lenguaje que usa Juan. Ho artos (pan), sarx (carne), egō dōsō (Daré), hiper (por el bien de) - estas fueron las palabras que Jesús también usó en la Última Cena. Jesús también había dicho: "Hagan esto en memoria de mí". Los apóstoles hicieron lo que Jesús les ordenó que hicieran. Después de la resurrección, los apóstoles se reunieron con los cristianos en sus hogares para "partir el pan". Cada vez que partieron el pan, creyeron que estaban participando en la vida misma de Cristo. Para cuando se escribió el evangelio de Juan, la creencia de que el pan y el vino eran en realidad la carne y la sangre de Cristo también estaba firmemente establecida. Durante dos mil años, la iglesia ha continuado lo que Jesús comenzó. La iglesia ciertamente "hizo esto en memoria de él". Ahora es nuestro turno de preservar la eucaristía y el  "hacerlo en memoria de él", para las generaciones venideras.
3. Haz esto en la Memoria Mía. En la Última Cena, Jesús les había dicho a sus apóstoles: "Hagan esto en memoria mía". ¿Qué quiere decir Jesús con "hagan esto"? El significado limitado es la Última Cena real, y hoy, la verdadera celebración eucarística. Pero aquellos que piensan como Jesús, piensan en la Última Cena como todo lo que conduce a ella y lo sigue. Para Jesús, la Última Cena y la muerte en la cruz fueron simplemente la culminación de su entrega. Toda su vida de entrega lo llevó a eso. Desde el momento de su concepción hasta su muerte en la cruz fue una entrega total. "El pan que daré es mi carne para la vida del mundo", significaba que en la vida y en la muerte, desde el útero hasta la tumba, Jesús se dio a sí mismo por la vida del mundo. Para nosotros, entonces, "haced esto en memoria mía", debería significar lo que significaba para Jesús. El discipulado es la imitación de la entrega de Cristo. En primer lugar, debería significar que nosotros también ofrecemos nuestro cuerpo, alma y humanidad a Dios. Retener todo lo que somos y tenemos de Dios es contrario al verdadero significado de la Eucaristía. En segundo lugar, debería significar que imitamos la entrega de Cristo al mundo. Ya se trate de las personas que más amamos, o de todo el mundo, nuestra vida solo debe traer vida. Si nuestra vida y nuestras acciones hacen que la vida de otra persona sea más difícil de lo que es; si nuestra vida hace daño, trae dolor, toma vida, crea destrucción; si nuestra vida no mejora nuestras vidas en la tierra y el de otras personas; si nuestra vida la vivimos sólo para nosotros mismo, entonces nuestra celebración de la Eucaristía es una mentira, nuestro cristianismo es una mentira, y  nuestro discipulado es una mentira.
Hoy, una vez más en esta Eucaristía, Jesús nos dice: "El pan que os daré es mi carne para la vida del mundo". Y luego nos dice: "Haced esto en memoria  mía". nuestra celebración de esta Eucaristía será un acto de entrega total a Dios y para la vida del mundo.
- Padre Satish Joseph