2 de septiembre de 2018 - La Religion purA e inmaculada

XXII Domingo ordinario
Lecturas del Dia
He recibido numerosos correos electrónicos y llamadas telefónicas de feligreses que han estado preocupados por el escándalo de abuso sexual de niños. La preocupación es en múltiples niveles: por los maltratados, por la fe del pueblo de Dios y también por mí. Recibí numerosos correos electrónicos y mensajes sobre mi bienestar. Gracias por todo esto Les estaría mintiendo si dijera que no estoy luchando. Estoy más que luchando. Me siento abatido, desanimado y abrumado. La pregunta que me hago a mí mismo es: ¿ahora qué? Me fuí al seminario cuando tenía 17 años. Tengo cincuenta y dos años ahora. La iglesia es todo lo que he conocido. He amado a la Iglesia como un hombre que ama a su familia. Intencionalmente, conscientemente, e incluso consciente de sus imperfecciones, he entregado mi vida a la Iglesia. ¿Ahora que? ¿Qué significa mi sacerdocio ahora? Me pregunto si te estás preguntando  también lo mismo: "¿Qué significa mi catolicismo ahora?"
A menudo, en momentos como estos, recurro a las Escrituras en busca de ayuda. Esta vez, es como si las Escrituras me buscaran a mi . Las lecturas de este fin de semana me ofrecen respuestas muy claras. Me recuerdan el verdadero significado de la religión. Tal vez, usted también esté luchando, y puede ser que esta reflexión pueda ayudarle.

1. ¿Por qué la religión? La religión en su papel más básico, regula la relación divina-humana. La religión se trata principalmente de la relación de Dios con la comunidad y viceversa. La religión también regula las relaciones de los miembros dentro de la comunidad y la relación de la comunidad con otras religiones. Las leyes, los decretos y los estatutos se vuelven importantes porque guían las acciones de la comunidad, tanto espirituales como temporales. Desde la perspectiva cristiana, la religión es la iniciativa de Dios. Fue Dios quien creó el mundo y los seres humanos. Fue Dios quien nos reveló a nosotros mismos. Al menos, así es como Moisés entendió la religión y la fe. En la primera lectura de hoy, Moisés trató de convencer a la gente de que la religión, el Pacto, las leyes, los estatutos y los decretos que Israel llegó a conocer, fueron un regalo de Dios. Los estatutos y los decretos que Dios le dio a la gente era una señal del cuidado de Dios y del amor y la fidelidad constantes de Dios. La religión no debe ser percibida como una carga, sino como una oportunidad y una invitación a participar en la vida divina. Nosotros, los cristianos, damos un paso más. Creemos que el amor y el cuidado de Dios excede por mucho las leyes y decretos de Dios. ¡Creemos que Dios nos dio no solo una religión, sino que Dios nos dio a nosotros, a Jesús! Creemos que Jesús nos dio más que solo una nueva religión. Jesús nos dio su propio cuerpo y sangre. Todas estas cosas son los dones de Dios para nosotros. Hoy, agradezcamos a Dios por el don de la fe y por el don que Dios nos ha dado.
2. ¿Qué está mal con la religión? Muchas cosas pueden salir mal con la religión. La religión, que está destinada a liberar a las personas, puede volverse opresiva. Históricamente, hemos visto este juego en la sociedad durante milenios. Jesús mismo fue una víctima de la religión opresiva. Él lo trata en la lectura del evangelio de hoy. Llamó a los fariseos, "hipócritas", porque ignoraron los mandamientos de Dios y se aferraron a la tradición humana. La religión se vuelve opresiva cuando aquellos que pueden beneficiarse de ella, la usan para reprimir a las personas. El escándalo de abuso infantil y su encubrimiento fue y es un abuso de poder por parte de aquellos en quienes se invierte tal poder. Históricamente, la religión se ha utilizado para reprimir a las mujeres, suprimir las libertades humanas, justificar la esclavitud y el racismo. La religión se usó para promover la agenda colonial. Las guerras que se han peleado en nombre de Dios. Esto no significa que la religión no haya tenido un rol positivo en la sociedad. Históricamente, la religión también ha generado una nueva conciencia de la dignidad de cada persona humana. La religión fue instrumento en los movimientos que defendieron el derecho de las mujeres, la libertad civil, y en estos días se está convirtiendo en un instrumento para crear un ambiente seguro para los niños. La religión empodera a las personas. La religión ha dado lugar a héroes en la Iglesia como Francisco de Asís, Teresa de Ávila, Maximiliano Kolbe, Madre Teresa y el arzobispo Oscar Romero. La religión es nuestra guía segura para la eternidad. Como creyentes que han ingresado en una Iglesia Católica a pesar del reciente escándalo, debemos ser conscientes de este simple hecho: el problema no es nuestra religión o nuestra fe; el problema es lo que algunas personas hacen de eso. Debemos escuchar a Jesús que nos dice en la lectura del evangelio de hoy: "Escúchenme, todos ustedes, y entiéndanlo. Nada que entre por afuera puede contaminar a esa persona, pero las cosas que salen de adentro son lo que contamina". , de sus corazones, vienen los malos pensamientos, la impureza, el robo, el asesinato, el adulterio, la codicia, la malicia, el engaño, el libertinaje, la envidia, la blasfemia, la arrogancia y la locura. Todos estos males vienen de adentro y contaminan "(Mt 7: 21-23).
3. ¿Qué es la verdadera religión? Como ven, aún me queda la pregunta:" ¿Y ahora qué? ". Sigo el ejemplo de Santiago: En la segunda lectura de hoy, dice: "La religión pura e inmaculada delante de Dios y del Padre es ésta: cuidar a los huérfanos y las viudas en su aflicción y mantenerse sin mancha por el mundo" (Stg 1:27) Santiago se refiere a los huérfanos y las viudas porque eran los más indefensos en la sociedad de su tiempo. En estos días, como sacerdote, estoy alcanzando algunas convicciones muy fuertes. Estoy convencido de que solo dos cosas importan: que amo a Dios con todo mi corazón, mente, alma y fuerza, y que me preocupo por los huérfanos y las viudas de hoy, sean quienes sean. Sí, hay muchas leyes y tradiciones que debo seguir. Sin embargo, si estas leyes y tradiciones no me ayudan amar a Dios más profundamente y servir a los pobres, a los desamparados, a los oprimidos, a los indefensos, a los solitarios, a los afligidos, a los que están en la periferia, entonces, estoy perdiendo el tiempo. He decidido, que me quedo con Jesús en los evangelios. No digo que tenga éxito todo el tiempo, pero mi única meta en la vida es pensar como Jesús, hablar como Jesús y actuar como Jesús. Todo lo demás es secundario.
Que nuestra adoración en esta Eucaristía nos lleve a una religión verdadera e inmaculada.
-Padre Satish Joseph