1 de marzo de 2015 - La Cuaresma: Un Tiempo a ser Alucinado

Las Lecturas de Hoy

¿Saben donde la mayoría de los jóvenes estadounidenses obtienen sus noticias nacionales e internacionales?- En el canal “Comedy Central”, un canal de comedia en  los programas de Steven Colbert y Jon Stewart. Ellos no son sólo grandes cómicos; sino también son los presentadores de noticias brillantes que combinan humor increíble para su análisis de noticias. Sin embargo, la desventaja de este género es que los eventos globales graves, como las guerras, comienzan a percibirse más bien a la ligera, ya que se las tratan dentro del género de la comedia. Otras series de comedias hacen las misma cosa. Graves problemas en el matrimonio y la familia son tratados con tanta indiferencia que no sabemos si las comedias reflejan la vida o al revés la vida trata de imitar las comedias. En el último episodio de Modern Family, vi a Dios siendo ridiculizado porque  un anciano tuvo un hijo y luego Dios exigio que se le apuñalara hasta la muerte (en referencia a la historia de Abraham en la primera lectura de hoy). Si los programas de entrevistas y sitcoms corren el riesgo sacar los eventos globales de su gravedad, ¿crees que nosotros también podemos despojar a la fe y la religión de su poder? Creo que esto sucede a menudo con la Cuaresma.

Hemos entrado en la segunda semana de la Cuaresma. Mi homilía no es tanto acerca de las lecturas de hoy, sino es sobre el  punto de observar la Cuaresma con la seriedad que se merece. Las seis semanas de Cuaresma implican un viaje a los eventos más importantes de la historia de la salvación. Estos eventos tienen consecuencias eternas. Lo que sugiero es que no nos acerquemos a la Cuaresma  como los programas de comedia hablando de la guerra o sitcoms sobre la religión. Estoy sugiriendo tres actitudes a tener durante la Cuaresma.

1) Profunda admiracion

Permítanme comenzar con el pasaje del evangelio y el relato de la transfiguración de Jesús. Cuando Pedro, Santiago y Juan llegaron a la montaña estaban deslumbrados por el evento. Pedro fue el único que fue capaz de murmurar algo. Marcos nos dice, "Él no sabía qué decir, ellos estaban tan aterrorizados.” Comentarios sobre las Escrituras nos dicen que la palabra griega ‘ekphoboi’ se traduce en "alucinado" no significa terror o miedo a la muerte. Más bien, significa "asombrado". En otras palabras, los discípulos se llenaron de temor. Me gustaría sugerirles que nos acerquemos a la Cuaresma con esa sensación de asombro.

La semana pasada, justo antes de que los niños fueran a la liturgia de la palabra de los niños, les pregunté si habían hecho una promesa de sacrificio por la Cuaresma. Un niño respondió: "dulces", y otro dijo que había olvidado lo que había prometido. Y entonces una estudiante de quinto grado sacudió a toda la congregación diciendo que ella había renunciado a 'mentir' por toda  la Cuaresma. Tal vez ella no se dio cuenta, pero ella estaba admitiendo su necesidad de cambio y resolvió a hacerlo. Esto es lo que quiero decir con la sugerencia de que nos acerquemos a la Cuaresma con un sentido de admiración. Nuestras penitencias cuaresmales (como renunciar a cosas) no sean con fines de nosotros mismos. Deben ser acciones que simbolicen un cambio más profundo. Cuaresma es un acompañamiento a Jesús en la cima de la montaña, en el desierto y todo el camino hasta llegar la cruz. Cuaresma significa que yo me dejo asombrado por Dios, para ser deslumbrado por Jesús, para encontrarme hipnotizado en la oración. Si dejar de tomar café o soda por la Cuaresma no es acompañada de una conversión profunda, una profundización de mi relación con Dios, la reconciliación dentro y por fuera, la crianza de un auténtico sentido del discipulado, la caridad sincera, - entonces la Cuaresma puede convertirse en una comedia.

2) La confianza en Dios Impávido

¿Es la historia de Abraham simplemente la historia de Dios dando a un anciano un hijo sólo para que lo apuñalara? La lógica de la historia de Abraham y de Isaac se encuentra en la segunda lectura de hoy. Pablo dice: "Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? 32 El que no negó ni a Su propio Hijo, sino que Lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también junto con El todas las cosas?”  Por supuesto, las comedias no tienen la capacidad de absorber la profundidad de la historia de la salvación, pero nosotros sí podemos. Ni en su imaginación más salvaje, Abraham hubiera pensado que Dios iba a pedirle que hiciera algo que ni siquiera Dios pudiera hacerlo. Abraham no hubiera imaginado que mientras su hijo se salvaba que el mismísimo hijo de Dios no se salvaría. Pero esa no es la preocupación de Abraham. Todo lo que Abraham sabía era que tenía que ser radicalmente obediente a Dios y sacrificar su anhelo y deseo más profundo. Es cierto. A veces la obediencia a Dios significa un alejamiento de nosotros mismos. La obediencia a Dios no siempre tiene sentido inmediato. Por eso, una dimensión importante de la Cuaresma es la abnegación. La Cuaresma no es acerca de lo que Dios pueda hacer por mí, sino más bien lo que puedo hacer para Dios. ¿Puedo poner lo que es más querido para mí en el altar? Si Dios lo busca, ¿estoy dispuesto a sacrificar lo que es más valioso para mí, confiando en que Dios tenga un plan? Hay una razón por la transfiguración que termina con estas palabras: "Este es mi Hijo amado. Escúchenlo ". La Cuaresma nos llama a la obediencia impertérrito a Dios.

3) Conversión Profunda

Volvamos nuestra atención a la lectura del evangelio para la comprensión del significado de la conversión. En el relato de la transfiguración, hay un subir a la montaña y hay una bajada de la montaña. En la cima de la montaña, Pedro y los discípulos tuvieron una visión de cómo las cosas serian en el futuro. Pedro dijo: "Maestro, ¡qué bien se está aquí! Hagamos tres tiendas .... " Pero Pedro no sabía que había una bajada de la montaña y tampoco sabía que Jesús tenía que subir otra vez a la montaña, pero esta vez para estar en la cruz y pero ahora él iba a estar solo. No habría visiones deslumbrantes o la voz de Dios. Más bien, habría un cuerpo destrozado en la cruz y el silencio ensordecedor de Dios. Esta vez, Jesús no habría bajado de la montaña, sino más bien otros lo bajarian de la montaña y de la cruz. Esta vez sería enterrado en la tumba. Por supuesto, la historia continúa, pero nos permiten dejar la terminación para la Pascua. Por ahora, al igual que Pedro, esta Cuaresma nos pide estar preparado para cambiar nuestra visión. Por ahora, tenemos que estar preparados para la conversión. Sin duda, nos gustaría estar en la cima de la montaña, pero Dios nos pide a que bajemos. Realmente, ¿hay áreas en nuestras vidas donde estamos satisfechos, cómodos, resistentes, insistentes, rebeldes, inflexibles? ¿Qué significa para nosotros bajarnos de la montaña? ¿Puede Dios contar con la conversión de nosotros en esta Cuaresma?